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El hombre que saltó desde la estratósfera y superó la velocidad del sonido

Felix Baumgartner, el paracaidista austríaco, tenía 43 años cuando saltó desde la estratósfera y alcanzó una increíble e insuperable velocidad de 1.342 kilómetros por hora, el 14 de octubre de 2012 . De esta manera se convirtió en el primer ser humano en rebasar la velocidad del sonido, estimada en 1.225 kilómetros por hora (km/h) al nivel del mar.

Baumgartner fue la estrella principal de Red Bull Stratos, una misión científica que tenía como finalidad  poner a prueba la resistencia de la anatomía humana a una velocidad supersónica. 

La prueba para superar la velocidad del sonido estuvo al mando del aviador estadounidense Joseph Kittinger y fue publicada mundialmente por la marca de bebidas energizantes Red Bull, quien transmitió la proeza en directo a más de ocho millones de personas.

Aun cuando en un principio se esperó que el diseño de la misión Red Bull Stratos solo demorara dos años, los expertos demoraron seis años debido a las diferentes modificaciones del traje presurizado, la cápsula espacial cilíndrica donde viajaría Baumgartner, el cuál está hecho de policarbonato de aluminio, y el globo de helio del tamaño de 33 estadios de fútbol que lo remontó hasta la estratósfera.

Caída en la prueba para rebasar la velocidad del sonido

El hombre logro rebasar la velocidad del sonido

A 39 kilómetros de la superficie de Nuevo México (Estados Unidos) y a una temperatura de -70,9 grados Celsius, Baumgartner se colocó de pie en los escalones del borde de la nave y comentó naturalmente a los ingenieros a cargo de la misión: “A veces tienes que subir para entender lo pequeño que eres”.

Antes de efectuar el arriesgado salto, agregó: “Voy a volver a casa ahora”. Su caída, duró casi 10 minutos, y fue grabada por cámaras Go Pro que se encontraban sujetas a su traje.

Si bien en un principio del descenso Baumgartner entró en una posición delta la cual es con la cabeza hacia abajo, y los brazos hacia atrás, hubo un momento, ya habiendo superado la velocidad del sonido, en el que experimentó un giro que lo desestabilizó por completo y pudo ser mortal para él.

“He estado en un fuerte giro por un largo tiempo”, se le escuchó decir con bastante dificultad, mientras sus familiares miraban su precipitación y un telescopio terrestre seguía su camino desde lo lejos.

“Este fue un instante muy alarmante porque no hay un protocolo. Era como navegar sin viento, lo que significa que tus habilidades no sirven”, comentó el austríaco, quien actualmente tiene 53 años, ante el periodista Alsdair Howorth de CNN a una década de su acrobacia.

Por suerte, el experimentado paracaidista, el cual tenía más de 2.500 inmersiones en su carrera, no perdió la conciencia, y pudo recobrar su estabilidad y, faltando unos miles de metros de tocar la superficie, pudo abrir su paracaídas.

“Una vez que abrí mi paracaídas y abrí mi visor, este fue el primer momento luego de siete horas en el que estaba respirando aire exterior. Me conectaron con el mundo exterior, y ese fue un momento muy feliz”, respaldó.