América Latina y el Caribe debería crecer en torno al 5% en los próximos años, el doble de lo previsto, para lograr progresos significativos en la reducción de la pobreza, según el economista jefe para la región del Banco Mundial (BM), William Maloney.

“Podría ser 4%, podría ser 6%, pero estoy diciendo que duplicarlo sería buena meta. Tiene que ser mejor que un 2,4%”, ha estimado Maloney en una entrevista con EFE en Madrid, donde ha presentado el informe “El potencial de la integración: oportunidades en una economía global cambiante”.

El BM prevé en ese informe, publicado en abril pasado, un crecimiento para la región de un 1,4% en 2023 y un 2,4% en 2024, lo que no resulta suficiente “para aliviar la pobreza ni disipar las tensiones sociales”, de acuerdo con el documento.

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Las peores perspectivas se dan en Chile, país para el que el Banco Mundial prevé una contracción del 0,7% en 2023, y Argentina, para el que estima el 0,0%.

“Si tuviéramos un par de años de crecimiento decente, podemos lograr donde estuvimos hace un par de años, pero hemos perdido varios años debido a la pandemia“, ha señalado.

El informe del BM constata que la tasa de pobreza en la región aumentó de un 29,7% en 2019 al 34,4% en 2020, con unos 19 millones de personas que cayeron en la pobreza, lo que supone un retroceso de siete años o más respecto a números anteriores.

“Obviamente hay más políticas para ayudar a las familias en varias dimensiones. Siempre digo que mejorar la educación pública, por ejemplo, es la mejor forma de fomentar la movilidad social“, pero “a largo plazo la forma que ha reducido la pobreza de forma más eficaz ha sido el crecimiento”.

“Tenemos que trabajar en ambos frentes, a nivel de la familia, asegurar que tenemos una red de protección social bien establecida, bien financiada, pero el tema del largo del plazo es el crecimiento”, ha recalcado.

Sobre el llamamiento hecho por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a retomar la integración regional, ha considerado que estas iniciativas impulsan las economías de escala, de forma que las empresas latinoamericanas puedan expandirse y tener acceso a los mercados locales.

“Exportar a nuestros vecinos es buena preparación para exportar al mundo en general, si lo piensa con estrategia”, ha añadido.

A largo plazo, ha señalado, el objetivo es “lograr más transferencia de conocimiento de tecnología a la región y eso viene de los países en la frontera tecnológica”.

“Es una buena iniciativa, pero no sustituto”, ha resumido.

EFE