El Concreto

Ideas sólidas

Economía
Finanzas

Truss sacrifica a su ministro de Economía

El Gobierno británico ha dado la concesión al plan fiscal que consistía en un drástico ajuste de impuestos sin abandonar el gasto público que ha colocado a los mercados financieros británicos contra la pared dando una alerta en su economía.

Como primer paso, la primera ministra Liz Truss ha destituido al autor del plan, el hoy ex ministro de Economía y Finanzas, Kwasi Kwarteng. En una interpelación, Truss reconoció que el plan inicial fue «más lejos y más rápido» de lo que el mercado esperaba y ha anunciado una rectificación radical de algunas de las medidas más polémicas, como la congelación del impuesto de sociedades, que finalmente sí subirá al 25% en 2023.

Igualmente se ha confirmado el nombramiento Jeremy Hunt, quien fue antes ministro de Asuntos Exteriores y de Sanidad, como nuevo ministro de Economía en sustitución de Kwasi Kwarteng.

Es definitivo que algunos puntos de nuestro presupuesto han llegado más allá y más rápido de lo que los mercados estimaban; afirmó Truss en una sesión con la prensa: «Tenemos que actuar ahora para tranquilizar a los mercados sobre nuestra disciplina fiscal».

Truss ha apelado a un modelo de economía de impuestos bajos, altas remuneraciones salariales y un alto crecimiento económico. En una situación de conmoción dentro del Partido Conservador, Truss dijo: «fui elegida por mi partido, esa misión permanece».

No obstante, ha dejado en claro reconociendo que «debido a los problemas actuales del mercado, tenemos que cumplir la misión de una manera diferente«. La primera ministra británica anunció su plan de frenar el impuesto de sociedades el próximo año, lo que implica que el impuesto pasará del 19% al 25% en 2023, como lo había previsto su predecesor, Boris Johnson.

La decisión hará que los ingresos adicionales para las arcas públicas se incrementen en 18.000 millones de libras (unos 20.000 millones de euros). Otra decisión muy criticada del plan, que consistía en bajar los tipos de impuesto sobre la renta a las escalas más altas, fue desechada solo unos días después de su anuncio, en un intento infructuoso por tranquilizar los mercados de la economía.

Nuevo ministro de economía, nuevos planes

Después de darse a conocer un giro de 180 grados de Truss, la deuda británica bajo la presión a los rendimientos que bajaron a las primeras de cambio, sin embargo los inversores aún no están muy alegres.

Sin embargo, en un principio la noticia de recular las medidas por la rebaja fiscal ocasionó un fuerte rebote en el precio de la deuda soberana y sus rentabilidades y la deuda a largo plazo cayeron más de 20 puntos básicos–, la jornada terminó con nuevas subidas de rentabilidad (al 4,3% a 10 años y al 4,7% a 30 años) y con una caída de la libra del 1%.

«Haremos lo que sea necesario para garantizar que la proporción de deuda respecto al PIB disminuya a medio plazo», quiso tranquilizar Truss. El retroceso de las medidas de la primera ministra, sin embargo, no tiene ningún efecto en la libra esterlina que pierde más de un 1% frente al dólar, hasta 1,12 dólares.

Las grandes empresas británicas no se habían pronunciado a favor de la congelación del impuesto de sociedades que pretendía Truss.

Entre bastidores muchas daban por buena, que la estabilidad financiera y económica es más importante para su capacidad de tomar decisiones y hacer negocios con los que puedan pagar impuestos Truss sacrificó a Kwarteng, «un gran amigo» con el que compartía su «visión» política, con el fin de hacer control de daños y aminorar la polémica que generó el plan de recortes fiscales por valor de 45.000 millones de libras que no convenía a los mercados.

El ex ministro dio a conocer su renuncia a media mañana por medio de una carta. En dicha misiva, el funcionario señaló que había «aceptado» la petición de la primera ministra apartándose del cargo de titular de Economía. Fuentes cercanas a Downing Street.

El nuevo esquema podría revertir hasta 24.000 millones de libras de recortes fiscales, incluyendo el plan señero de 18.000 millones de libras con el que se aspiraba a cancelar el aumento programado del impuesto de sociedades el próximo año.

El anuncio de Truss llegó el día en que el Banco de Inglaterra concluyó el plan de compra de activos que tuvo que activar de emergencia el pasado 28 de septiembre.

Los mercados temieron por la sostenibilidad de la deuda británica ante el reajuste de impuestos que no explicaba cómo compensar esos menores ingresos y sin que el Gobierno de Truss quisiera abandonar el gasto público.

El BOE decidió este lunes poner en curso medidas adicionales de apuntalamiento a los mercados de deuda para asegurar un final ordenado de su programas de compras de emergencia. El martes reforzó su intervención e incluyó la compra de deuda indexada a la inflación.

Luego ejecutó su última compra, por un máximo de 10.000 millones de libras. El total adquirido asciende hasta ahora a los 17.800 millones de libras, de los que la mitad corresponden a adquisiciones de los dos últimos días.

El exministro británico de Economía, Kwasi Kwarteng, acortó su viaje a Washington (Estados Unidos) y regresó a Londres para conversar con el gobierno sobre su polémico plan de crecimiento. El alto funcionario se había desplazado a ese país con motivo de la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero la tensión ocasionada en el Reino Unido por su plan de crecimiento habría motivado que adelanto su regreso a Londres.

El secretario de Estado de Comercio Internacional, Greg Hands, dijo hoy al canal de televisión Sky News que «no es inusual que (Kwarteng) regrese un día antes de una visita internacional» y puntualizó que los encuentros «principales» del FMI y del Banco Mundial «ya han terminado».