FIFA, la Federación Internacional de Fútbol Asociado, no se libra aún del escándalo decorrupción desatado desde principios de año. Joseph Blatter insiste en su inocencia, tras habérsele vinculado con irregularidades en la designación de Alemania como sede de la Copa del Mundo del 2006.
Joseph Blatter niega la versión sobre una supuesta compra de votos por parte de Alemania, y que involucra a Franz Beckenbauer, uno de los máximos dirigentes del fútbol germano, quien tuvo la responsabilidad de dirigir el comité organizador del evento.
Miembros de la Federación Alemana de Fútbol también han insistido en la tesis de que la adjudicación del mundial a Alemania se realizó de forma transparente. Blatter, entretanto, se encuentra fuera de la presidencia de la FIFA mientras se cumple la suspensión de 90 días que lo mantiene alejado del ente rector del balompié internacional.
FIFA ha ratificado que será en febrero del 2016 cuando se elija al sustituto de Joseph Blatter. El suizo está siendo investigado por presuntas tramas de corrupción, una de ellas relacionada con una transacción de casi 7 millones de euros que le habría permitido a Alemania albergar el Mundial de Fútbol del 2006.
Dirigentes como Theo Zwanziger, de la Federación Alemana de Fútbol, piden una investigación a fondo pues a su juicio sí se cometieron irregularidades.
