Las agencias BETC y Havas Worldwide han llevado a cabo un estudio tomando como muestra a más de 10.000 personas con edades comprendidas entre los 16 y los 34 años, que les permitiera establecer algunas conclusiones en torno al comportamiento de la generación selfie, uno de los principales segmentos a lo que ataca el marketing digital en la actualidad.

Una de las principales conclusiones a las que llegó este estudio es que, contrario a las generaciones anteriores, esta nueva generación que vive en sintonía con las redes sociales y que sería incapaz de desprenderse de las bondades de su smartphone, renuncia a la conducta rebelde de sus antecesores, velando por la buena relación con sus padres y admitiendo que tienen mucho en común con los mayores.

Para sorpresa de muchos, al menos un 68% de las personas encuestadas están convencidas de que el mundo sería mejor si la gente tuviera menos y compartiera más, dando indicios de tener una filosofía más bien moderada y nada consumista. Adicional a esto, esta generación asume la importancia que juegan las marcas en su día a día, y demandando que estas empresas sean capaces de tomarlos cada vez más en cuenta.

Los más jóvenes gastan menos dinero que sus padres y un 47% del público estudiado está dispuesto a gastar su dinero en conciertos y en viajes, que en artículos tecnológicos y ropa, lo que lleva a los marketeros a concluir que a este público hay que llegarle mediante las experiencias.