Hay muchas maneras de hacer que tu marca explote y se cotice al alza en el mercado. Agarra dato, evalúa las formas de hacerlo y aplica la más acertada.
- Estática. La mayoría ni siquiera llega a abrir nuestras comunicaciones. Esto se debe a que no hay segmentación y el contenido es el mismo para todo. Lo bueno es que, al empezar de cero, podemos ver de forma más clara qué es lo que provoca una mayor reactividad en nuestros clientes. Es el ensayo y error.
- Basada en la identidad. Es esta fase donde dejamos de tratar a nuestros usuarios de forma homogénea y comenzamos a crear contenidos para todos los gustos. Ya nos sentimos aptos para incluir valores de campos en las comunicaciones, como el nombre de usuario para ir, progresivamente, mejorando el KPI.
- Basada en datos. Lo ideal es manejarse con una comunicación segmentada, y no es tan complicado hacerlo. A un joven de 18 años no le va a gustar lo mismo que a un señor de 50. Por ello, es importante analizar los datos que manejas y aplicarlos tanto en tu beneficio y en el del cliente.
Sin embargo, no siempre debes ser tan rígido. Ten mano izquierda y haz contenidos en función de la edad, también con el canal de comunicación. Por ejemplo, una persona de 18 años puede preferir tener información por notificaciones o MMS, mientras que una de 50 confía más en un correo electrónico. Si la gente llora, ofrece pañuelos que sequen sus lágrimas.
- Visión periférica. Debes tener en tus prioridades, que se maneje en real time, dependiendo de las necesidades de tus consumidores. Debes colocarte tanto en los zapatos de la marca como la de tu cliente, porque tendrás la posibilidad de emitir un mensaje en función de la identidad y comportamiento de uno de ellos.
- Predictiva optimizada. Se trata de hacer comunicaciones adaptadas al perfil de tu target. Una vez conocidos estos tips, recuerda que es vital que cuentes con recursos que nos hagan crecer como marca.
