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Dwight Gooden recibe homenaje de los Mets

Cuarenta años después de asombrar a la fanaticada neoyorquina por el poder de sus lanzamientos, Dwight Gooden volverá hoy al parque de los Mets para ser honrado con el retiro del uniforme número 16 que llevó con ese club a lo largo de once de sus 16 campañas en las Grandes Ligas.

En ceremonia previa al encuentro contra los Reales de Kansas City en el Citi Field, Gooden se convertirá en el noveno jugador en la historia de la franquicia que opera desde hace 62 años (1962) cuyo número es inmortalizado, junto a Casey Stengel (37/1965), Gil Hodges (14/1973), Tom Seaver (41/1988), Jackie Robinson (42/1997), Mike Piazza (31/2016), Jerry Koosman (36/2021), Keith Hernández (17/2022) y (Willie Mays 24/2022).

Con apenas 19 años de edad y 49 juegos de oficio en ligas menores desde que se hizo profesional en 1982, Gooden se ganó un lugar en el equipo grande de los Mets al finalizar el entrenamiento primaveral de 1984, cuando el mánager Davey Johnson le asignó el cuarto turno de la rotación de abridores.

El sábado 7 de abril de 1984 recibió la oportunidad de abrir contra los Astros en el Astrodome de Houston. En labor de cinco entradas, con 82 lanzamientos, permitió cinco imparables, le anotaron una carrera, cocedió par de boletos y recetó cinco ponches, en el encuentro que los visitantes neoyorquinos ganaron con pizarra de 3-2.

De allí en adelante pasó once años con los Mets. Fue Novato del Año en 1984, campaña en la que estableció récord de 276 ponches para rookies. Al año siguiente ganó la Triple Corona de Pitcheo de MLB con 24 triunfos, 268 ponches y 153 de efectividad y se convirtió en el pitcher más joven en obtener el trofeo Cy Young.

A mediados de los ochenta comenzó a experimentar altibajos en su carrera por abuso de sustancias como alcohol y drogas.

Gooden figura entre los mejores lanzadores en la historia de los Mets, es segundo en victorias (157) y en ponches (1875) y tercero en innings (2169.2), juegos completo, juegos inciados (303) y aperturas de calidad (67). También lanzó con Yanquis, Indios, Astros y Rays. Su récord vitalicio fue de 194-112 en 430 juegos entre 1984 y 2000.

Pupila de Padrón Panza falló con el prospecto

En el verano de 1983, mientras hacía su habitual recorrido por las diferentes ciudades de Estados Unidos evaluando candidatos con opción para armar la importación de su equipo de pelota, Pedro Padrón Panza, propietario de los Tiburones de La Guaira, contactó a su amigo Lou Gorman, quien desde que trabajaba con los Orioles de Baltimore a mediados de los años sesenta le recomendaba peloteros.

En esta oportunidad, Gorman trabajaba como gerente de desarrollo de talento de los Mets de Nueva York y mostró mucho interés en que Padrón Panza llevara a Venezuela al jovencito Dwight Gooden, cuya principal credencial en medio de su tercera campaña en ligas menores era que para ese momento, alrededor de principios de agosto, ya superaba los 200 ponches en más de 150 innings.

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Por considerar que estaba muy “verde”, Padrón Panza descartó la recomendación de Gorman. Fue una de las pocas equivocaciones que cometió el mandamás de los escualos a lo largo de su exitosa gestión. Prefirió que el estratega dominicano Oswaldo Virgil manejara la rotación con Mike Witt, Bryan Clark, Phill Huffman, James Lewis y el panameño Juan Berenguer. Tiburones clasificó en segundo lugar con marca de 38-26 en la eliminatoria y perdió la semifinal en seis juegos ante Cardenales de Lara.

Probablemente, de haber contratado al jovencito Dwight Gooden, pudo ir a la final contra Águilas del Zulia. Quién sabe.

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