No necesitas ser un experto en karate; ni siquiera haber visto todas las películas de Karate Kid para saber que hay algo fascinante en el señor Miyagi. Quizá se trate de algo que va más allá de sus golpes, sus patadas y sus frases; eso que tiene que ver con su forma de ver la vida, de enfrentar los problemas y de transmitir sus enseñanzas.
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Cinco enseñanzas del señor Miyagi que puedes aplicar a diario
1. Equilibrio
“Equilibrio no solo para karate, sino para toda la vida.”
Es lo que le dice el señor Miyagi a su aprendiz cuando le enseña a pararse sobre un bote en el agua. En este sentido, Miyagi nos recuerda que el equilibrio en nuestra vida es una de las claves para salir vencedores ante cualquier tipo de imprevisto.
Es decir, para tener una vida equilibrada necesitamos tanto del trabajo como del ocio, la razón y la emoción. Esto nos permite mantenernos centrados, serenos y en armonía para tomar mejores decisiones.
2. Respeto
“Karate para defensa solamente.”
Esta es la primera regla del señor Miyagi. Con ella nos recuerda que tanto el karate como el conocimiento no deben ser un arma para atacar o humillar, sino una herramienta para protegerse y enseñar a los demás.
En este sentido, el señor Miyagi deja claro que respeta a sus adversarios, incluso a los que le han hecho daño. No se deja llevar por el odio ni busca la venganza, sino más bien busca mantener la paz y comprender a los demás, dando muestra de su humanidad e invitándolos a hacer lo mismo.
3. Disciplina
“Regla número uno: nunca sin señor Miyagi.”
Estas palabras son las que le dice el señor Miyagi a Daniel cuando le entrega su cinturón blanco de karate. Lo que quiere decir con esto es que siga sus instrucciones y que confíe en sus métodos.
Pues a lo largo de los años, Miyagi entendió que tanto la disciplina como seguir las reglas son dos cosas necesarias para dominar el karate, pero también para alcanzar cualquier meta en la vida.
4. Paciencia
“No hay atajo, Daniel-san.”
Esta es la respuesta del señor Miyagi cuando Daniel le pregunta por qué tiene que pintar su cerca, pulir su coche o encerar su piso.
A través de esto el señor Miyagi le enseña a Daniel que tanto el karate como las demás cosas en la vida, no se aprenden de un día para otro; se requiere tiempo, esfuerzo y dedicación. Así nos enseña que la paciencia es una virtud que nos ayuda a superar las dificultades y a disfrutar del proceso.
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5. Sabiduría
Por último, cuando el señor Miyagi, antes del combate final le dice a Daniel:
“Recuerda Daniel-san: verdadero karate está aquí (señala su cabeza), aquí (señala su corazón), nunca aquí (señala su cinturón).”
Miyagi le recuerda a Daniel que el karate no es solo una técnica física o un título, sino más bien se trata una forma de vida. Recordándonos que el poder y el valor de una persona no radica en sus logros o trofeos, sino en su actitud y los valores que tiene frente a las personas y su entorno.
El señor Miyagi ya no está entre nosotros. El actor que lo interpretó, Pat Morita, falleció en 2005. Pero su personaje sigue vivo en nuestra memoria y en nuestro corazón.
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Cuéntanos, ¿qué otras enseñanzas conoces del señor Miyagi?
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