La exitosa y legendaria escritora francesa finalmente se hizo con un premio al que, por cierto, le ha tenido recelo a lo largo de las décadas

EC.- La autora francesa Annie Ernaux ganó el Premio Nobel de Literatura de 2022, y lo hizo gracias a una obra de vida que se sitúa entre la narrativa y la sociología, entre el feminismo y el compromiso social. Eso al menos es lo que dijo la Academia Sueca cuando anunció el galardón, además de ‘por el coraje y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, los extrañamientos y las restricciones colectivas de la memoria personal’.

Explica Javier Ceballos que la escritora de 82 años de edad igualmente fue reconocida por la calidad literaria de una trayectoria que arrancó en 1974 con su primer libro, ‘Les armoires vides’ (fue su cuarta novela, ‘El Lugar’, de 1983, la que la llevó a ser una escritora reconocida).

“Su trabajo es intransigente y está escrito en un lenguaje sencillo, limpio. Y cuando ella, con gran coraje y agudeza clínica, revela la agonía de la experiencia de clase, describiendo la vergüenza, la humillación, los celos o la incapacidad de ver quién eres, ha logrado algo admirable y perdurable”, dijo Anders Olsson, de la Academia Sueca.

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El presidente francés, Emmanuel Macron, expresó a su vez vía redes sociales que ‘Annie Ernaux escribe desde hace 50 años, la novela de la memoria colectiva e íntima de nuestro país. Su voz es la de la libertad de las mujeres y de los olvidados del siglo’.

Ernaux se unió este año a otros 16 franceses que recibieron el Nobel de Literatura. Ahora forma parte de esa lista integrada por Romain Rolland (1915), Roger Martin du Gard (1937), André Gide (1947), François Mauriac (1952), Albert Camus (1957), Jean-Paul Sartre (1964) Jean-Marie Gustave Le Clézio (2008), Patrick Modiano (2014).

Annie Ernaux y el Nobel

La propia Ernaux, tras conocer la buena nueva, dijo: “Para mí representa algo inmenso en nombre de aquellos de quien provengo, en primer lugar. Alguna vez dije que quería vengar a mi raza. Cuando lo dije no sabía muy bien cómo hacerlo. Pero sucedió con las palabras y con los libros. Recibir el Nobel es, para mí, una responsabilidad para continuar”.

A pesar de estas últimas palabras, vale recordar que la autora siempre había dicho que temía el momento de recibir este premio, incluso confesando en junio pasado que se imaginaba que, de recibir el Nobel, se sentiría triste.

“Me sentiría atrapada entre el deseo de decir no, no lo quiero, como Jean-Paul Sartre, y otro de poder decir cosas como hizo Albert Camus. ¿Qué sentido tendría recibir el Nobel de Literatura? Hay una parte de azar, también. Si mira la lista de los Nobel, hay muchos escritores que no han dejado una obra imperecedera. Lo que obtiene el laureado de un premio Nobel es a la vez mucho dinero y también una forma de intocabilidad. Todo esto me parece malsano. He llegado a un punto en que temo de nuevo el mes de octubre. ¡Espero que sea tranquilo el de este año, y todos los siguientes!”, llegó a comentar.

(Con información de Javier Ceballos)