Los que soñaban con una final disputada entre Argentina y Brasil en el Maracaná, comienzan a cambiar de parecer tras la actuación de ambas selecciones, en especial la del equipo capitaneado por Messi, que tuvo una agónica victoria sobre una selección iraní que se fue de la Copa del Mundo con una actuación bastante admirable y con el mal sabor de boca de no haber recibido un buen arbitraje tras la polémica de un penalty no cantado.
Messi ha generado comentarios de todo tipo. La prensa deportiva especula que el astro argentino, al parecer no está de acuerdo con la dirección de Sabella y sus métodos, y trata de conducir el juego a su estilo sobre el terreno. Ya en una rueda de prensa el delantero del FC Barcelona había admitido honestamente que no estaba acostumbrado a jugar con el esquema 4-3-3, pero el entrenador de la albiceleste aceptó la crítica del rosarino sin perturbarse.
Argentina, que ya había visto estrechos los caminos ante Bosnia Herzegovina, volvió a verse con complicaciones en el partido ante Irán, donde Sergio Romero fue una de las grandes figuras del partido al proteger el arco de la albiceleste con gran atino. Messi, que parecía invisible durante los primeros 90 minutos, consiguió la victoria para su selección en el tiempo extra, anotando un gol formidable, pero enfatizando la vulnerabilidad del combinado sudamericano.
