Entre julio de 2022 y junio de 2025, Latinoamérica movió cerca de 1,5 billones de dólares en transacciones de criptomonedas. Con este resultado, se posiciona como una de las regiones más dinámicas del mundo en este sector. Un estudio refleja que Brasil y Argentina lidera el mercado cripto, mientras que Venezuela negoció $44.600 millones en el período.
Según un nuevo informe de la firma de investigación Chainalysis, titulado «Latinoamérica se consolida como una potencia cripto en medio de un crecimiento volátil», la actividad en la región ha sido fluctuante pero con una clara tendencia al alza.
Mientras que en julio de 2022 se contabilizaron $20.800 millones, en noviembre de tal año y marzo de 2023, el volumen mensual superó los $34.000 millones y $37.000 millones, respectivamente. Los años siguientes ha seguido subiendo.
Hacia fines de 2023 se alcanzaron picos, históricos hasta entonces, de $46.300 millones en noviembre y $45.100 millones en diciembre. Luego, la cifra marcó un récord de $87.700 millones en diciembre de 2024,. Con varios meses entre finales de 2024 y principios de 2025 manteniéndose por encima de los $60.000 millones.
A pesar de un leve enfriamiento en el primer semestre de 2025 —con 47.900 millones de dólares en junio—, la región se mantiene en un nivel muy superior al de años anteriores. «Lo que refleja un impulso sostenido en la adopción de criptomonedas, a pesar de la volatilidad a corto plazo», indicó Chainalysis.
De esta manera, el estudio resalta que el crecimiento de las criptomonedas en Latinoamérica no solo muestra la expansión global del sector, sino también factores locales particulares. Entre ellos, la inflación persistente, la volatilidad cambiaria y los controles de capital en varios países. Estas causas impulsan la demanda de stablecoins como reserva de valor y como herramienta de protección frente a riesgos macroeconómicos.
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Brasil y Argentina marcan la pauta
Brasil lidera el mercado latinoamericano, con 318.800 millones de dólares en valor recibido, lo que representa casi un tercio de toda la actividad de criptomonedas en la región. Según Chainalysis, el crecimiento del país ha sido amplio y sostenido, con un aumento interanual del 109,9%.
De acuerdo a los analistas, este impulso ha estado acompañado por un elevado uso de stablecoins, que representan más del 90% de los flujos de monedas digitales en el país. Así como por la participación activa de instituciones financieras, incluidos bancos tradicionales como Itaú y neobancos como Nubank y Mercado Pago.
Argentina se ubica en el segundo lugar por volumen de transacciones, con $93.900 millones. Seguido de México ($71.200 millones), Venezuela ($44.600 millones) y Colombia ($44.200 millones). Mercados más pequeños como Perú, Chile y Bolivia también registran cifras significativas. Mientras que El Salvador, pese a su conocida adopción de bitcoin, reportó volúmenes más modestos ($3.500 millones).
La actividad en exchanges centralizados continúa siendo la principal vía de acceso a las criptomonedas en la región. Representan un 64% de las operaciones, solo por detrás de la región MENA y por encima de Norteamérica y Europa. Plataformas locales como Mercado Bitcoin, Ripio, Bitso y SatoshiTango se consolidan como referentes, facilitando la entrada de nuevos usuarios.
Por otra parte, la compra de stablecoins concentra gran parte del mercado en países como Brasil, Argentina, México y Colombia. Según Chainalysis, esto responde a la búsqueda de estabilidad frente a la inflación y la volatilidad cambiaria.
«Las stablecoins funcionan como un sistema financiero paralelo. Ofrecen tanto una protección como una herramienta práctica de pagos donde las monedas locales a menudo no logran brindar estabilidad».
El informe concluye que, impulsado por la adopción institucional en mercados como Brasil y la demanda minorista constante de stablecoins, el ecosistema de criptomonedas en Latinoamérica apunta a un crecimiento sostenido. Mantener el equilibrio entre innovación y regulación será clave para conservar este impulso y asegurar que la región siga consolidando su posición en el mapa global del sector, sostiene.







