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Silencio de Alvarado es lapidario

Una suspensión por dopaje es siempre una bala fría, no importa quién la protagonice, ni el contexto en el que ocurra, la afición es inclemente y al entorno del protagonista no le queda mucho por decir. Pero si es verdad que ofrecer una explicación y pedir disculpas puede suavizar el golpe y hacer que los juicios sean menos inclementes. Honestamente creo que eso es lo que se espera de José Alvarado, que el fin de semana fue suspendido 80 juegos por el uso de una sustancia prohibida.

La noticia, claro, se esparció como pólvora y aunque el presidente de operaciones de Filis, Dave Dombrowski, dio un paso al frente e intentó apaciguar las aguas, asegurando que el positivo se debe a unas pastillas que el zurdo utilizó para bajar de peso, la verdad es que muchos siguen esperando el pronunciamiento del venezolano. Todd Zolecki, que fue quién reseñó lo ocurrido en MLB.com, sostuvo que el zurdo ya había dejado Filadelfia para el momento del anuncio oficial.

A través de sus redes sociales Alvarado ha compartido algunos mensajes alusivos a su fe, que dejan ver está en un momento de reflexión, quizás asimilando lo sucedido. Después de todo estaba en una de las mejores temporadas de su carrera de nueve años en Grandes Ligas, pues tras 20 presentaciones tenía récord de 4-1, siete rescates en igual número de oportunidades, una efectividad de 2.70 y un WHIP de 1.20. Era uno de los brazos más efectivos de la liga en general, de hecho estaba empatado en el tercer lugar entre los mejores relevistas con un WAR de 0.8.

Y todo eso ha llegado a su fin. Dombrowski ha dicho que cree en el venezolano, especialmente porque dio negativo en las siguientes dos pruebas. Pero eso -aunque calma las aguas- no cambia el resultado. Alvarado, que aceptó la suspensión sin apelar, no estará ni siquiera disponible para postemporada y esto parece ser el fin de su carrera en Filadelfia, porque estaba en el último año del contrato que firmó por tres temporadas y 22 millones, sí, hay opción del club por nueve millones para el 2026, pero pensar en ella parece más una utopía.

De volver a Las Mayores, donde suma nueve campañas, cuatro con Tampa Bay y cinco con Filadelfia, será a otro destino. Y hasta para pensar en eso parece que hace falta un pronunciamiento, una declaración, un mea culpa, algo que lo ayude a saldar cuentas con la afición que en el mayoría de los casos es inclemente. José es un lanzador que ha mostrado carácter, que siempre que se ha visto en situaciones complejas, parece volver más fuertes y -sin dudas- este es un momento para que deje ver esa tenacidad, de un paso al frente y encare lo que está pasando. De seguro su afición se lo agradecería.

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