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UCV enterró todas las excusas para competir con seriedad

Nadie puede restarle al cuadro de la UCV el enorme mérito de haber hecho sudar frío a uno de los clubes más poderosos de Brasil y Suramérica en la segunda fase de la Copa Libertadores. Siendo sinceros, no había mayores esperanzas de que el equipo de Daniel Sasso tuviera la menor hipótesis no solo de triunfo, sino de aguantar la inocultable superioridad de la plantilla del Timão, diseñada para ser protagonista del Brasilerao y la Copa Libertadores.

Solo había que echar un vistazo a la valoración de cada una de las nóminas para reconfirmar las diferencias abismales que separan a los clubes brasileños de los venezolanos y del resto de Suramérica. De acuerdo a transfermarkt el plantel del Corinthians está valorado en 111,25 millones de dólares, mientras que la UCV en 5,88 millones de billetes verdes. Solo la ficha del astro neerlandés Memphis Depay, tazada en 10 millones de euros, duplica el valor total del emblema tricolor.

Pero en el fútbol la verdad no está solo en la bolsa de valores, sino en la cancha. Allí se pueden enterrar las diferencias presupuestarias y equipararlas con otros valores esenciales en este deporte: lucha, empeño, sacrificio e inteligencia táctica para planificar y ejecutar con certeza las indicaciones del cuerpo técnico.

Fue precisamente esa determinación por alcanzar un imposible lo que permitió a la UCV pelear la serie hasta los últimos minutos del segundo partido en la Arena de Corinthians, donde el rugido de la afición del siete veces campeón de Brasil fue apagada por la ambición de los de Sasso.

Al final, claro, se puede alegar que de nada sirvió tanto esfuerzo, si Corinthians se llevó el triunfo 3-2 (4-3) y la clasificación a la tercera fase de la competencia. Solo que en virtud de las pésimos resultados cosechados por los clubes nacionales en los últimos años, donde las goleadas y la escasa competitividad han sido recurrentes en la Libertadores, la actuación de la UCV es un ejemplo revitalizador y elocuente de que hay maneras efectivas de dar la batalla y hacer sufrir a los gigantes de la región.

El equipo de Sasso quedó eliminado, es verdad, pero su revés sirve para que el resto de los clubes venezolanos dejen las excusas y salgan a luchar con garra y convicción.

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