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Recuperaron confianza y lucen temibles

“Todos queríamos ser el héroe y dar el batazo aún cuando ese no era nuestro rol”, dijo Ildemaro Vargas en referencia a los resultados de Cardenales en los dos primeros juegos de la Gran Final del beisbol venezolano. Dejar de sobrepensar y abocarse al trabajo correspondiente fue la clave de la reacción larense. Y ahora los tiene a un paso de la gloria. Cardenales hizo, con suma comodidad, lo que parecía imposible. Ganó dos en el Fortín de Guatamare y niveló la serie para una recta final, en la que no hay espacio para las dudas.

Ahora más que nunca vale la pena recordar que ocho veces en la historia de nuestra pelota el equipo que comenzó la serie abajo 0-2 logró recuperarse y terminó alzando el título, tres de ellas han ocurrido del 2000 en adelante; lo hizo Leones en la 2009-2010, cuando se jugó la tercera final de la historia entre los eternos rivales; lo emularon lo Tigres en la 2015-2016 ante Magallanes, que después se desquitó por la misma vía en la 2021-2022 ante Caribes. ¿Lo harán los de Henry Blanco?, lo averiguaremos pronto.

De momento para la recta final de esta batalla se espera un Cardenales fortalecido, que recuperó la confianza en esos primeros dos careos en Margarita, anotando 17 carreras con 27 inatrapables, incluidos tres bambinazos, y por supuesto sacó mucho provecho a la experiencia de sus lanzadores, llenándose de autoconfianza. Porque en ese despertar fueron claves los abridores, Max Castillo pudo sobreponerse a un inicio tambaleante en el primer duelo en la isla y un día después Anderson Espinoza dictó cátedra de pitcheo para encaminar una apabullante victoria, transmitieron confianza a su bullpen y les permitieron recuperarse de los dos choques en Barquisimeto.

Una vez más quedó demostrado que “el pitcheo gana juegos” y un buen comando puede silenciar cualquier ofensiva, incluso esa que explotó en territorio hostil y encendió alarmas en la capital musical de Venezuela, a donde regresará la final para el choque decisivo, sea el sexto o el séptimo. Eso sí, que nadie se confunda, Cardenales fue autocrítico a tiempo y recuperó su confianza. Pero sigue teniendo enfrente a unos Bravos que no regalan nada, que también quieren hacer historia y se han vuelto implacables en Barquisimeto.

Y es que los de José Moreno, solo este año, entre el Roun Robin y la final, han ganado cinco de seis juegos en el Antonio Herrera Gutiérrez. Está intacto su deseo de hacer historia y pagarle a la afición el increíble respaldo que le han dado en la final, estableciendo incluso un récord de asistencia en el primer choque en Guatamare, en el que dijeron presente 14.982 personas. Aunque mucho ha pasado, nada ha cambiado, el campeón puede ser cualquiera de los dos, el que menos errores cometa y no solo habló de aquellos que se contabilizan en el box score. Ya lo veran.

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