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¿Experiencia o inspiración?

Famosa es la historia de David y Goliat, el pastor que -sin escudos, ni armas elaboradas- venció al más fuerte de los guerreros y le dio una victoria crucial a su pueblo. Aquel relato hoy resulta propicio para hablar de la Gran Final de la LVBP, porque el histórico Cardenales de Lara irá a la batalla final por vigésima vez, ahora ante un Bravos de Margarita, que se estrena en estas instancias. Pero, ¿realmente son tan diferentes?

La verdad es que en la primera mitad del Round Robin la ofensiva crepuscular pareció no tener competencia, fue contundente a tal punto que hilvanó seis triunfos consecutivos antes de sufrir su primer revés. Todo eso mientras Bravos se mantuvo en una batalla aparte con Águilas, en la que el pitcheo marcó la pauta y la producción de carreras fue bastante discreta. No obstante, todo eso cambió drásticamente en la segunda mitad.

Ahí justamente se dieron los cuatro choques entre los ahora finalistas y los margariteños ganaron tres de cuatro con un blanqueo incluido. Y es que el pitcheo insular fue el mejor del Round Robin con una efectividad colectiva de 3.21, a razón de 51 carreras limpias permitidas en 143 episodios, y eso se vio en cada choque en el que enfrentaron a Cardenales, que se afianzó más bien en su ofensiva con un promedio de .313 con 47 extrabases, 15 de los jonrones, y 107 carreras anotadas. Entonces, ¿Bravos depende exclusivamente de su pitcheo?, ¿Cardenales necesita anotar muchas carreras para ganar?, no.

Los de José Moreno explotaron ofensivamente en la segunda mitad del Round Robin, en la que anotaron 44 de sus 75 carreras y mejoraron su promedio a .278, el tercero más alto de esta instancia, solo por detrás de Cardenales y Magallanes. Asimismo, los pájaros rojos terminaron el todos contra todos con el segundo mejor cuerpo de lanzadores, con una efectividad colectiva de 3.52 a razón de 52 carreras limpias en 133 episodios. Palabras más, palabras menos, hay más similitudes que diferencias entre estos dos equipos. Y todavía falta esperar los ajustes que cada gerencia hará de cara a la final, es decir, falta barajar las cartas por última vez.

Los de Henry Blanco tienen a su favor la experiencia, es su segunda final consecutiva, y claro tienen sed de gloria. Pero del otro lado hay un grupo que quiere hacer historia y ser campeón por primera vez. Eso hace que, al menos para mí, hablar de un favorito sea realmente difícil. ¿Qué puede más, la experiencia o la inspiración?

En este punto solo hay unas cuantas certezas, viviremos una final histórica, jamás antes vista, y la lucha será intensa. ¿Barrida?, lo dudo mucho.

¿El campeón?, diganlo ustedes.

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