Hay una magia particular en los héroes insospechados, aparecen cuando más se les necesita, sin que nadie los espere y le cambian la cara a una situación adversa. Historias así se encuentran con facilidad en el deporte, que por naturaleza es impredecible. Este año Cardenales de Lara tiene su propio capítulo con Hendrik Clementina.
El curazoleño, de madre venezolana, está en su tercer intento en la LVBP. Y si, está fue la vencida. Hendrik ha disputado este año 22 compromisos con los pájaros rojos, seis más de los que sumó entre sus dos primeras incursiones, y finalmente ha podido demostrar lo valioso que es en su bate. Lo había anticipado en verano, cuando disputó la Liga Mayor con Caciques. Era su primera experiencia en el aún joven circuito y se encargó de hacerla inolvidable. Despachó 21 estacazos en 37 juegos para dejar muy atrás el récord de la liga, que apenas un año antes había impuesto Dennicher Carrasco, cuando también con la camiseta de Distrito sacó 15 vuelacercas. Pero eso no fue todo, impuso récords también en carreras empujadas (53) y bases alcanzadas (119).
Fue un par de veces Jugador de la Semana y terminó facturando un promedio de .374. Al terminar la zafra, por fórmula, se embolsilló el Premio al Productor del año y, por votación unánime, se alzó MVP. Fue a México y concluyó la temporada de verano ligando para .283 con los Algodoneros de Unión Laguna. Estaba listo para un tercer y decisivo encuentro con la LVBP.
Y no ha decepcionado. Ahora mismo está ligando para .343, sólido en la parte media del lineup del mánager Henry Blanco, en la que le acompañan Carlos Narváez y el prometedor Luisangel Acuña, ambos con un average de .333. Además es líder de equipo en jonrones con cinco y tiene también 16 remolques. Todo esto pese a que se ausentó un par de semanas para asistir al Premier 12 con Curazao.
Ha sido un bálsamo para la ofensiva crepuscular, que -en los últimos años- nos ha acostumbrado a estar entre las primeras cuatro del campeonato, pero esta vez es la más discreta, incluso por debajo de Caribes de Anzoátegui, que es el único equipo que parece estar descolgado en la pelea por la clasificación.
Pese a tener grandes nombres, hombres ya probados en el circuito, están bateando para .273 y tienen el segundo registro más bajo en jonrones con 29. Se han mantenido en la lucha gracias a su pitcheo, que es el mejor del campeonato con una efectividad colectiva de 4.05. Pero, si o si, necesitan carburar ofensivamente y ahí Clementina ha sido el mejor combustible, avivando la chispa de ese equipo y perfilándose como el bateador de poder que tanta falta les hizo en la final pasada ante los Tiburones de La Guaira.
