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32 a la aventura – Líder en deportes

El título de esta columna no tiene nada de peyorativo. Es aventura en el mejor y más esperanzado sentido, porque ese número, 32, es la cantidad de atletas venezolano que desde hoy y hasta el 11 de agosto emprenderán la dura empresa de alcanzar la gloria de las medallas en los Juegos Olímpicos de París.

Todo el grupo de jóvenes criollos irá en especialidades individuales, porque no fue posible clasificar deportes de conjunto: ni el fútbol, el voleibol ni el baloncesto estarán en la capital francesa. Y Aquí es donde nos podríamos detener. Siempre se ha dicho en el medio que los deportes de conjunto miden de verdad el desarrollo deportivo de un país; no hay certeza de que sea de esta manera, pero de ser así, entonces muy en horas bajas ha de andar el quehacer deportivo nacional.

Sabemos que el fútbol fue eliminado en el torneo Preolímpico Sub-23 jugado en Caracas, que el voleibol ya ni equipos nacionales tiene, y que el baloncesto no pudo entrar en la clasificación americana. Tales ausencias han mermado la posibilidad de un contingente venezolano más nutrido, y unido a esto, la terrible lesión sufrida por Yulimar Rojas que dejó al país desamparado en la posibilidad de entrar en el cuadro de medallas…

En la Olimpiada se juega, además de los resultados, aquello que está detrás del cortinaje: el demostrar que en tal o cual nación hay una mejor manera de vivir. Claro que con el paso de los años y los sucesos políticos y económicos tales conceptos han perdido valor; no es igual aquella declarada batalla entre Estados Unidos y la Unión Soviética, que la rivalidad naciente entre los norteamericanos y China.

Pero, al margen de esto, si revisamos Juegos a Juegos quiénes han sido los vencedores, siempre veremos en la punta del iceberg a los países desarrollados en la política, la economía, las ciencias y sus descubrimientos, y hasta en los ganadores de los premios Nobel de física y medicina…

Es una lucha casi siempre perdida, y solo algunas gestas esporádicas de los atletas de América Latina pueden alzar la voz, con Brasil y Cuba llevando la antorcha encendida. Pero no obstante esto, que trata de aferrarse a la realidad y que igualmente puede parecer una visión pesimista, siempre habrá, más que un milagro, una opción: algún valiente pesista masculino o femenino, un templario espadachín en la esgrima, un osado miembro del atletismo, algún atrevido boxeador o un intrépido nadador que aparezca como outsider y siembre esas nueve letras, Venezuela, entre el abigarrado tumulto de conquistas del llamado primer mundo.

Nos vemos por ahí.

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