El 26 de septiembre de 2017 el venezolano Albert Suárez hizo su última presentación en Grandes Ligas, el año siguiente estuvo siempre en las menores y después se mudo a Asia. Un periplo por el más grande de los continentes lo ayudó a evolucionar. Este miércoles el diestro, ahora más perspicaz, agudo e inagotable, regresó al llamado mejor beisbol del mundo.

Los Orioles de Baltimore, que le ofrecieron un contrato de ligas menores tras su brillante paso por la pelota invernal venezolano, no tenían abridores disponibles para el duelo ante los Mellizos y decidieron llamar de emergencia al venezlano, que había sido asignado a Triple A.

Reto aceptado, reto superado

Albert dio un paso al frente. Ya no es el muchacho de 26 años que debutó en 2016 con los Gigantes de San Francisco y no tuvo tiempo suficiente para asentarse. Ahora es un lanzador curtido y perfeccionista que todos los días quiere ser mejor. El Oriole Park sería la vitrina perfecta para exhibir su evolución.

Subió a la lomita y se fajó en un duelo de pitcheo con su compatriota Pablo López. Lanzó cinco innings y dos tercios en blanco, en los que apenas recibió tres hits, no otorgó boletos y ponchó a cuatro. 50 de sus 75 lanzamientos, en su mayoría rectas, estuvieron en zona de strike. Y en 49 oportunidades lanzó por encima de las 93 millas por hora, llegando como velocidad máxima a 97.8.

El manager lo aplaudió antes de quitarle la pelota y los fanáticos se levantaron de sus asientos para ovacionarlo, pocos saben del sacrificio y esfuerzo que hay detrás de este retorno, pero todos entienden que fue una actuación brillante.