DOBLE LLAVE – El papa Francisco será operado de emergencia este miércoles en Roma, debido a un riesgo de obstrucción intestinal que se considera urgente y que forma parte de una intervención anterior, donde se le extrajo parte del colon en 2021.

La información fue confirmada por el Vaticano, donde detalla que la cirugía es «necesaria», debido a que los síntomas en el sumo pontífice se agravaron, por lo que necesitará de «varios días» de hospitalización.

Tras la audiencia general en la plaza de San Pedro del Vaticano, el papa Francisco fue escoltado hacia el hospital Gemelli, al noroeste de Roma, donde llegó al mediodía de este miércoles.

“Al comienzo de la tarde, se someterá a una operación quirúrgica de laparotomía y de cirugía plástica de la pared abdominal con prótesis, bajo anestesia general”, explicó Bruni en un comunicado.

«La operación, preparada estos últimos días por el equipo médico que asiste al Santo Padre, se ha vuelto necesaria a causa de una hernia incisional que provoca síndromes suboclusivos recurrentes, dolorosos y en vías de agravación”, explicó el director del servicio de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.

El papa fue enviado este martes al hospital Gemelli para someterse a unos “exámenes”, aunque el Vaticano no detalló qué tipo de exámenes se hizo. La operación fue considerada de urgencia tras los resultados de las evaluaciones.

En julio de 2021, el papa Francisco tuvo que ser hospitalizado unos diez días para someterse a una operación del colon, en la que se le extirpó una parte del mismo.

A fines de marzo, Francisco tuvo de nuevo que ser ingresado en el hospital Gemelli por una “pulmonía aguda” que requirió antibióticos. Tiempo después, aseveró que la neumonía fue tratada «a tiempo» y que si se hubiera esperado más tiempo, podría haber sido más grave.

El jefe de la Iglesia católica también padece dolores crónicos de rodilla, que lo obligan a desplazarse en silla de ruedas o con ayuda de un bastón.

La salud del papa Francisco alimenta además las especulaciones sobre una posible renuncia. En varias ocasiones dijo que se plantearía dimitir -al igual que su predecesor Benedicto XVI- si su salud así lo obligara, pero recientemente dijo que no se planteaba dicha posibilidad.

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Víctor De Abreu