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Los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín se enfrentan a varios contratiempos

Los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín comenzarán dentro de un mes (el 4 de febrero), marcadas por boicots diplomáticos, el coronavirus y la incertidumbre sobre la tenista Peng Shuai.

Del 4 al 20 de febrero, la capital china se convertirá en la primera ciudad en organizar unos Juegos de Invierno y de Verano, tras celebrar estos últimos en 2008.

Aquellas justas sirvieron como carta de presentación para lo que llegaría a ser la segunda economía mundial.

En esta ocasión, los gobernantes comunistas de China esperan inspirar a 300 millones de seguidores de los deportes invernales y unir al mundo frente a la pandemia.

Todo indica que será el evento deportivo masivo más restringido desde la aparición del covid-19, con los casi 3.000 atletas y funcionarios dentro de una «burbuja» para prevenir los contagios.

Los organizadores prometieron hacer unos Juegos en Pekín «verdes, inclusivos, abiertos y limpios», pero ambientalistas cuestionan la proclama, y la contaminación persiste como una amenaza común.

El ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, pareció rechazar las polémicas sobre los Juegos de Pekín. El político declaró a la prensa estatal que «la manipulación de algunos políticos occidentales no afectará la emoción de los Juegos, solo expondrá su propia fealdad».

Preocupados

Grupos de derechos humanos pidieron boicotear las justas por la situación de derechos humanos en China, en especial su trato de los musulmanes uigures en la región noroccidental de Xinjiang.

El gobierno estadounidense anunció en diciembre que no enviaría representantes diplomáticos u oficiales a los Juegos por los «continuos genocidios y crímenes contra la humanidad en Xinjiang y otros abusos de derechos humanos».

Pekín advirtió que Estados Unidos «pagará el precio» por ello, pero eso no impidió que Australia, Reino Unido y Canadá se unieran al boicot diplomático. Los atletas de esos países sí participarán.

China también enfrenta presión para garantizar la seguridad de la tenista Peng Shuai.

La deportista de 35 años no fue vista durante casi tres semanas después de acusar al exviceprimer ministro Zhang Gaoli de abuso sexual.

Peng reapareció en público en China pero persisten dudas sobre su libertad y seguridad.

Otro tema es el coronavirus. China, donde apareció el virus en 2019, sigue una estrategia de cero covid con estrictos controles fronterizos, extensas cuarentenas y cierres focalizados. Xi’an, una ciudad de 13 millones, está confinada desde hace casi dos semanas.

El surgimiento de la contagiosa variante ómicron plantea un desafío para los Juegos, y ya tuvo su impacto porque los jugadores de hockey de la liga estadounidense NHL no irán a Pekín por los contagios.