La final del Abierto de Australia fue una clara advertencia para Andy Murray y Novak Djokovic. Es probable que el curso pasado, con la ausencia de talentos del tenis internacional como Rafael Nadal y Roger Federer, las cosas se hicieran más sencillas para el escocés y el serbio, que hoy por hoy son el número uno y dos del mundo, respectivamente.

Con la final en Melbourne, tanto el tenista español como el helvético han dejado claro que en el 2017 no están dispuestos a hacer concesiones y que regresan a las canchas para jugarlo todo y apostar por las próximas coronas y sumar a sus palmarés. Rafael Nadal luego de su curso por el primer Grand Slam del año, volvió a convertirse en favorito para el próximo Roland Garros.

Los expertos en el deporte blanco celebran el regreso de Nadal y Federer a las canchas. Ambos vienen de un período de sucesivas lesiones y ya tienen más de treinta años, pero su nivel de competitividad y experiencia no ha mermado.

La posibilidad de que al menos cuatro o cinco hombres, incluyendo al suizo Stanislas Wawrinka, estén dispuestos a dar la lucha en los próximos circuitos del tenis internacional, hace más interesante y refrescante los venideros duelos, en especial porque Murray y Djokovic ya pueden ir descartando que la victoria estará siempre para sonreírles.