Hace algunos años atrás el dilema que enfrentaban las empresas emergentes era la necesidad de contar con una página web que le diera visibilidad y credibilidad en internet. Ahora no sólo existe la disyuntiva entre si tener una web o una aplicación móvil, sino que además también se deben enfrentar los errores más comunes del ecommerce.

En principio, las empresas que trabajan con este modelo de negocio, deben aprovechar al máximo las utilidades que brindan los teléfonos inteligentes para optimizar la compatibilidad de sus tiendas virtuales con estos dispositivos, ya que se han convertido en el principal vehículo de compra de los consumidores.

La interfaz debe ser amigable e intuitiva. Sucede con frecuencia que las empresas que cuentan con varias líneas de productos terminan afectando su capacidad de navegación, ofreciendo además una experiencia pobre en cuanto a la interacción, además de desordenada. Reducir asimismo la cantidad de campos que los usuarios deben rellenar para concretar su compra es de gran ayuda.

La opción de compartir los productos en redes sociales es fundamental. En la época del social media todo se comparte, así que es indispensable dotar al cliente de la opción de mostrar a sus amigos y contactos el producto que adquiere o por el que está interesado en plataformas como Twitter, Facebook y especialmente Pinterest, una plataforma propicia para generar tendencias.