Las balas de plata recuperaron los primeros lugares en el Gran Premio de China, celebrado este fin de semana en Shangai. En esta oportunidad, Lewis Hamilton y Nico Rosberg no dejaron ninguna brecha para que Sebastián Vettel pudiera colarse con su Ferrari y el alemán tuvo que conformarse con la tercera posición superando a su compañero de equipo Raikkonen.

Fernando Alonso, que cada día parece resentir más su decisión de haber abandonado a la escudería italiana, pudo cruzar la línea de meta en el doceavo lugar al frente de su McLaren, un bólido que con el pasar de las competencias parece hacerse un poco más estable. Ya en días pasados el corredor español, campeón del mundo en tres oportunidades, había admitido ante la prensa que estaba dispuesto a reconocer su error ante una mejoría inminente del rendimiento de Ferrari como fabricante de coches.

Lewis Hamilton demostró su liderazgo en China desde las pruebas imponiéndose sin problemas el viernes, el sábado y el domingo, cuando se llevó a cabo la carrera oficial en la que partió desde el pole sin inconvenientes. Nico Rosberg, que luce bastante apocado en este campeonato, tuvo que medirse con Vettel, quien en determinados casos representó una amenaza.

Todo parece indicar que la Fórmula 1 se ha convertido en un deporte principalmente de fabricantes, ya que a lo largo del Gran Premio de China dominaron las escuderías, quedando en primer lugar los corredores de Mercedes Benz, en segundo lugar los de Ferrari y en tercer lugar los dos pilotos de Williams.