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Tony Castillo, una década de éxitos

Es bien sabido que en el deporte hay unos jugadores que son de época y otros que resultan ídolos para la eternidad. Anteriormente dijimos que de los 500 venezolanos que han pasado por las Grandes Ligas poco más de 100 han sumado al menos 10 campañas y, en honor a la verdad, incluso en ese grupo hay nombres que hoy por hoy no están tan presentes como deberían. Ese puede que sea el caso de Antonio Castillo, mejor conocido en MLB como Tony Castillo, el criollo número 53 que logró debutar en el mejor beisbol del mundo.

En la última entrega hablábamos de Ozzie Guillén y decíamos que ese mismo año (1985) había debutado también Andrés Galarraga, que se mantuvo 19 zafras jugando al máximo nivel, pero de él hablamos en la pausa del Juego de Estrellas. Por eso la siguiente parada es Tony, uno de los siete venezolanos que irrumpieron en Grandes Ligas en el año 1988 y el único de esa camada que pudo completar una década de servicio.

El de Quibor recibió el llamado de los Azulejos de Toronto cuando tenía 25 años y unas cuatro campañas mostrando sus habilidades en el béisbol venezolano con Cardenales de Lara. Entonces vio acción en 14 juegos, todos en condición de relevista, completó 15 entradas de cinco carreras limpias, otorgó apenas dos boletos y ponchó a 14 contrarios para facturar una efectividad de 3.00 y un WHIP de 0.80. Al año siguiente, luego de 17 compromisos con Toronto, fue cambiado a los Bravos de Atlanta, equipo con el que se mantuvo hasta 1991 y con el cual exploró el rol de abridor unas pocas veces. Para agosto de ese año se unió a Mets y protagonizó un brillante cierre de campaña, en el que sumó 23 innings y dos tercios de apenas cinco carreras limpias lo que le dejó una sólida efectividad de 1.90.

En 1992 firmó con los Tigres de Detroit, pero las lesiones no le permitieron ver acción en la Gran Carpa y apenas logró disputar unos pocos juegos en ligas menores. Sin embargo, al año siguiente recuperó muy bien el tiempo perdido. Aterrizó nuevamente en Azulejos y aquel año sus 51 juegos fueron la tercera marca más alta registrada por un relevista de ese equipo. En la Serie de Campeonato, ante los Medias Blancas de Chicago, vio acción en dos choques y terminó con la efectividad inmaculada. Ya en la batalla por el título, frente a los Filis de Filadelfia, se apuntó una de las cuatro victorias con las que alzaron el campeonato, convirtiéndose así en el primer lanzador venezolano ganador de un juego de Serie Mundial.

Tony incluso exploró el rol de cerrador con los canadienses en 1995, facturando 13 rescates, y se mantuvo en esa novena hasta 1996 cuando a mitad de zafra fue cambiado a los Medias Blancas de Chicago, equipo con el que terminaría su carrera en 1998. Al final en 403 compromisos, en seis ocasiones abrió el juego y en otras 22 puso el candado para ACREDITARSE EL SALVADO.

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