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Lanzador de 15 años en MLB. Ese récord sí que es imbatible

El niño en sus 15 años, 10 meses y 10 días, soñaba con lanzar en las Grandes Ligas, “¡pero no tan pronto!”,  declaró Joe Nuxhall en Crosley Field de Cincinnati.

Pero, aquel debut, inolvidable, ocurrió en San Luis, de visitante, frente a los Cardenales, el 10 de junio de 1944,  dentro de unos días se cumplirán 81 años.

 Joe y su papá, Orville, a quien llamaban Ox, de 36 años, eran pitchers de equipos diferentes en la pelota semi profesional, que jugaban por los barrios de Hamilton, al norte de Cincinnati. Una tarde, los Rojos mandaron dos scouts en busca de Ox. Pero al ver lanzar al joven zurdo, quedaron impresionados con su velocidad, por lo que olvidaron la primera misión.

Eran días de la II Guerra Mundial, y los Rojos habían sido afectados, porque peloteros de su róster fueron enviados al frente, y buscaban, especialmente veteranos semi profesionales, a quienes firmar.

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El bono y el sueldo que recibió Nuxhall

 Los trámites entre los scouts y el padre de Joe fueron rápidos. Al día siguiente del encuentro firmaron al muchacho con bono por 500 dólares y sueldo de 175 más cada mes. Pero, por razones escolares esperaron unas semanas para presentar al nuevo bigleaguer en acción.

El mánager, Bill McKechnie, lo recibió entusiasmado en el clubhouse de Crosley Field, y le anunció: “Tan pronto como sea posible, durante la serie en San Luis, vas a lanzar en relevo. Por eso debes irte al bullpén al comenzar cada juego”.

Joe cuenta la historia de cuando fue firmado

Nuxhall relató en una entrevista: “Los dos scouts llegaron en busca de mi padre, quien lanzaba en otro terreno para un equipo diferente al mío. Pero, al llegar, me vieron lanzar, preguntaron quién era yo y me invitaron a ir a Crosley Field con papá”.

Por cierto, él no tenía interés en jugar con los Rojos, ya que era padre de seis hijos y no quería exponer el trabajo seguro que tenía.

“Bueno, ya yo con los Rojos, nos fuimos a San Luis. Recuerdo al gerente-general, Warren Giles, explicarles a los periodistas que no me habían firmado por la emergencia de la Guerra. Sino porque yo era un buen prospecto. Una vez les dijo que con Guerra o sin Guerra, de todas maneras, ellos me hubieran contratado”.

Aquel 10 de junio, en San Luis, los Rojos perdían 13-0, cuando en el noveno inning, McKechnie  llamó a Joe, para que se convirtiera en el bigleaguer más joven de la historia, un espigado y musculoso caballero zurdo, con seis pies tres pulgadas de estatura y peso de 88 kilos.

Pero el resultado no fue nada bueno. Retiró a dos de sus tres primeros bateadores con una base por bolas en medio. Siguió un wild pitch y otra base por bolas, para que apareciera al bate, nada menos que Stan Musial, quien, con sencillo, llenó las bases para colaborar con el desastre. Joe terminó permitiendo cinco carreras, con cinco bases por bolas y dos sencillos en dos tercios del inning. 

Nuxhall admitió que entonces estaba nervioso en exceso. Pero había impuesto un récord imbatible.

Por supuesto que enviaron a Nuxhall a las menores, de donde regresó siete años después, para dejar récord de 135-117, 3.90 en 16 temporadas.

Fue comentarista y pitcher de prácticas

Al retirarse, el primero de abril de 1967, se convirtió en comentarista radial y pitcher de prácticas de los Rojos. Murió el jueves, 15 de noviembre de 2007, a los 79 años, en Fairfiwld, víctima de cáncer en la próstata y linfoma.

El inolvidable Paige

Ahora, el pelotero mayor edad al llegar al Grandes Ligas, ha sido el nativo de Mobil, Alabama, Leroy (Satchel) Paige, a los 42 años y dos días, según documentos, pero algunos historiadores han publicado que era cuatro años mayor, 46.

En 1948, después de una brillante carrera de las Ligas Negras, debutó en las Mayores con los Indios y permaneció hasta 1959, cuando había cumplido 59 o 63. Su récord en LMB, 124-82, 2.73.

El más joven hoy

El más joven en las Mayores ahora, es Jackson Chourio, quien llegó a los Cerveceros el año pasado, a los 20 años.

Puedes revisar el archivo de esta columna en liderendeportes.com.

Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.

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