“Bolívar sigue en graves problemas para ‘bajar tranquilo al sepulcro’, porque no cesan los partidos, ni se consolida la unión”… Joseph McKadew.
Hoy, como todos los miércoles, es Día del Correo. Favor, si me escribes, envía tu nombre completo y la población o ciudad donde estás.
Robaldo Hernández P. de San Juan, Puerto Rico, pregunta: “Entiendo que el dominicano Juan Marichal, ha sido el lanzador de Latinoamérica más ganador en Grandes Ligas. ¿Cuál fue su récord?”.
Amigo Rob: Hay dos lanzadores nativos de nuestro Continente, con más victorias que mi tocayo. Ellos son, Bartolo Colón, también quisqueyano, en 21 años, 247-188, 4.12; y el nicaragüense, Dennis Martínez, quien permaneció 23 temporadas en las Mayores, 245-193, 3.70. Marichal: 243-142, 2,89, en 16 años.
Pedro L. Marín R. de Caracas, pregunta: “¿Cuánto le pagan por hacerle tanta propaganda al Hall de la Fama de Cooperstown?”.
Amigo PeEle: A través de la Baseball Writers Association, pertenezco a quienes manejan ese importante Museo, lo que es un honor tan grande que ningún honorario lo igualaría. Yo gano, $0.00. Sí es suficiente.
Leonardo Gutiérrez, de Hermosillo, pregunta: “¿Por qué los bateadores nacidos de 1930 en adelante, ninguno con al menos ocho mil turnos, pudo terminar con un OPS de mil o superior, excepto Barry Bonds quien hizo muchas trampas. Ted Williams, Babe Ruth, Lou Gehrig, Jimmie Foxx, Rogers Hornsby, superiores eran a los nacidos de 1930 en adelante o en ese tiempo era más fácil el pitcheo, por usar menos lanzamientos?”.
Amigo Leo: Cierto. De recta, curva y cambio, hemos virado a docenas de lanzamientos, además del trabajo de los exploradores.
Rafael Fernández, de Tijuana pregunta: “¿Cuáles son los registros ofensivos y defensivos más difíciles de batir?”.
Amigo Rafa: Con la respuesta llenaría un libro de 600 páginas. Incluso, publicó muchos de esos casos. Como los dos juegos consecutivos sin hits de, Johnny Vander Meer, porque habría que tirar tres; o el perfecto de Don Larsen en la Serie Mundial, habría que ser perfecto dos veces en el Clásico.
Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.
