La posibilidad cierta de que el Caracas se meta no solo en las semifinales de la Liga Futve, sino que asegure al menos un cupo en la Copa Suramericana, pasará por los botines del mejor refuerzo que llegó a las filas del cuadro rojo en la ventana de fichajes: Juan Pablo Añor. Es un lujo que la finura de este fantasista de pierna zurda, dueño de una enorme maestría para tocar el balón, meter la pausa, cambiar el ritmo o filtrar pases de caviar para la finalización de las jugadas haya vuelto a la Liga Futve para recuperar su fútbol.
Su omnipresencia en la mitad del campo rompió con la monotonía y la inoperancia para controlar el balón, imponer el ritmo del partido y fabricar goles que venía siendo uno de los males del equipo de Fernando Aristeguieta a lo largo del Torneo Clausura.
La crisis de funcionamiento y de resultados en la que naufragaba todo el esfuerzo táctico del “Colorado” Aristeguieta para sacar al equipo de la vergonzosa zona de descenso sufrió una transformación desde que Juanpi mostró sus charreteras de general en jefe de la zona creativa. La influencia de Añor en el juego se ve no solo en las tres victorias consecutivas del Caracas, que lo catapultaron al séptimo lugar de la tabla, sino en el impacto que ha tenido sobre el resto de los jugadores.
Con Juanpi como amo y señor del mediocampo, el equipo ha encontrado la fluidez en sus movimientos ofensivos. Daniel Pérez, apagado durante toda la temporada, ha vuelto a tener chispazos de aquel extremo desequilibrante y atrevido que brilló en Zamora; el panameño Everardo Rose consiguió un socio para armar paredes, triangular y buscar el hombre libre; y chamos como Wilfred Correa se han beneficiado al recibir pases para romper líneas y libres de marcas para el fusilamiento del arquero rival, como ocurrió en la pasada victoria sobre la UCV.
Falta dar el puntazo definitivo en el choque de alto voltaje que disputa este sábado ante Carabobo en el Brígido Iriarte para que el fútbol artesanal de Añor complete su obra maestra a de esculpir con paciencia y refinamiento la clasificación a semifinales. Todo el fútbol del Caracas pasa por sus botines y Carabobo está advertido. La defensa del cuadro granate saldrá a presionarlo para tratar de anular su ingenio, por lo que será un partido ideal para que la velocidad por los costados de Pérez y Rose, más el atrevimiento de la pandillita de chamos comandadas por el prometedor lateral derecho Aitor Herrera, Ender Echenique y Herrera, se pongan el overol y trabajen duro por esta victoria que requiere de la magia de Juanpi y de un último esfuerzo colectivo.
