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Álex Ramírez fue una grúa en el beisbol japonés

Un 26 de agosto, pero del año 2010, el venezolano Álex Ramírez conectaba jonrón de tres anotaciones ante el pitcher Kazuki Yoshimi en la primera entrada que sirvió para la victoria de los Gigantes de Yomuiri por 10-4 sobre Dragones de Chunichi y que le permitió arribar a la cantidad de 100 rayitas impulsadas en una ronda regular de la Nippon Professional Baseball (NPB, por sus siglas en inglés), llegando a ocho temporadas consecutivas con al menos 100 fletadas para superar la marca de siete campañas en fila de Sadaharu Oh (establecida de 1963 a 1969).

A partir de ese instante, el caraqueño se ganó el corazón y el cariño de toda una fiel afición que tanto arraigo tiene en la “Tierra del Sol Naciente” donde son pocos los extranjeros que dejaron un imponente legado para las próximas generaciones de peloteros que lo ven como un modelo a seguir.

Codo a codo con un grande

Para un deportista que debe emigrar a otras latitudes en las que le toca adecuarse tanto a las costumbres culturales como aquellas que son propias de la competencia en que interviene, el objetivo de trascender en la misma es esencial para destacarse por encima del resto y en ese sentido, “Ramichan” Ramírez se hizo su propio lugar en los libros de récords individuales de la NPB y varios expertos en la materia lo colocan bien de cerca a Oh, considerado una institución en Japón.

“La constancia es fundamental cuando no has nacido en Japón. Debes rendir, respetar el juego e impresionar a mucha gente. Es lo que me ha ayudado a mantenerme en el terreno de juego durante 13 años y alcanzar todos esos logros”, así lo expresó el caraqueño en una entrevista con el periodista Alexander Mendoza que apareció el 22 de abril de 2013.

Dos veces líder jonronero con Golondrinas de Yakult (40) en 2003 y Yomuiri (43) en 2010 además del título de bateo en el 2009 y cuatro años en fila como primero en remolcadas (2003, 07, 08, 10) junto al par de premios Más Valioso de la liga (08-09) le ayudaron con creces para quedar seleccionado al prestigioso Salón de la Fama del Beisbol Japonés, el cual ingresó el pasado año en una emotiva ceremonia realizada en Tokio donde están ubicadas sus instalaciones.

Las comparaciones con Sadahuru Oh (quien defendió los colores de su única escuadra profesional en la NPB como son los Gigantes de Yomiuri por 22 temporadas entre 1959 y 1980 cuando se retiró a los 40 años) son de gran valor para aquellos que siguen de cerca todo lo que rodea a este deporte.

El inicialista nacido en Sumida Ward disputó 2.831 cotejos en que dejó un average vitalicio de .301 (2.786 hits, 2.170 carreras impulsadas, 868 cuadrangulares) y fue líder de jonrones en 15 oportunidades en la NPB (elegido JMV nueve veces).

Y para el año de 1993, el Comité de Cronistas de Beisbol Japonés lo convirtió en miembro del Salón de la Fama.

Al igual que Oh, Ramírez también incursionó en el papel de mánager al Yokohama BayStars (dejó la actividad en este mismo club en 2013) durante cinco zafras: del 2016 al 2020.

Con todo este resumen, no quedan dudas que la trayectoria del criollo en Japón es una proeza digna de recordar.

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