Nadie duda que estamos ante una de las palabras de moda. Hablamos de profesionales que, por su naturalidad e inteligencia para atacar a cierto nicho de mercado, logran que grandes personas y marcas obtengan fidelizadas audiencias. No es nada raro que las marcas se encuentren rendidas a sus pies.

En mayo del año pasado, un estudio hecho por Annalect indicó que el 49% de las personas participantes basa sus compras en recomendaciones de los influencers a la hora de ir de shopping. He aquí el por qué del ascenso del marketing de influencia.

Las marcas y los influencers están obligados a llevarse bien. El secreto radica en que las primeras sepan que no pueden cambiar a los segundos. Tiene que ser creativo porque la mejor opción es trabajar con profesionales que se adapten a valores y objetivos muy particulares.

Un ejemplo se vivió durante la Semana de la Moda en la ciudad de Nueva York. Más de 427.000 imágenes fueron posteadas en muchas de las redes sociales vinculadas al evento. Cifra que arrojó más de 113 millones de interacciones en sus plataformas. De las 10 mejores fotos publicadas en Instagram, ocho fueron montadas por modelos o influencers.

El mundo de la moda es un campo en los que mejor se nota la relación entre influencers y marcas. Muchos profesionales del medio andan recelosos por la gran cantidad de blogueros e influencers. Es aquí donde las marcas se tienen que poner a trabajar muy duro, para poder mantener relaciones estrechas con los que mejor se adapten a sus objetivos y valores de trabajo.

Una forma de fidelizar es poder trabajar de forma activa y armónica en los grandes eventos de la industria. Total, el objetivo es que el usuario que les sigue en las redes, sea cual sea, disfrute de las experiencias que todas las marcas ofrecen y se decanten por la que más le atraiga.