Desde su llegada a la NBA, Mikal Bridges es uno de los jugadores con mayor consistencia por su rendimiento dentro del tabloncillo. Su capacidad ofensiva y su intensidad en defensa lo convierten en un jugador ‘two-way’ que le permite brillar en ambos costados de la cancha, pero lo más sorprendente de su carrera dentro de la liga estadounidense es su capacidad para mantenerse disponible en cada una de las temporadas que tiene desde que llegó a la ‘Asociación’ en el 2018.
Bridges, siempre disponible para jugar
Esta es la octava temporada de Bridges como jugador profesional dentro de la liga estadounidense y tiene un récord de 576 partidos consecutivos, la más larga en la actualidad. Sin duda alguna, esto es una ventaja para el propio jugador por la cantidad de lesiones que se ven en estos momentos por el elevado ritmo de juego de la NBA y esta es una de sus principales fortalezas.
Fuera de sus dos primeras campañas. Mikal Bridges tiene un promedio superior a los 30 minutos por juego y esto aumenta aún más el nivel de dificultad que supone mantenerse sano y preparado para rendir al máximo como jugador de la NBA. Incluso, en esta campaña bajo el mando del coach Mike Brown, es el único miembro de New York Knicks que tiene una cantidad superior a los 35 minutos de acción por partido.
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El alero sobrevivió a Tom Thibodeau, quien es conocido por la poca rotación de sus piezas y la sobre cantidad de tiempo de juego de sus titulares, manteniéndose saludable y siempre listo para jugar. Aunque las lesiones son situaciones fortuitas que no dependen del propio jugador, Bridges muestra que parece tener la fórmula secreta para seguir jugando una gran cantidad de minuto por partido sin tener que ausentarse del tabloncillo cuando su equipo más lo necesita.









