DAT.- El Estadio Santiago Bernabéu fue testigo este fin de semana de una categórica exhibición de fútbol por parte del Real Madrid, que se impuso con autoridad al Valencia C.F. por 4 a 0 en un encuentro correspondiente a la undécima jornada de LaLiga. Esta victoria no solo significó tres puntos vitales para el conjunto blanco, sino que también sirvió como una contundente declaración de intenciones, afianzando al equipo en el primer lugar de la clasificación y demostrando la notable diferencia de rendimiento y profundidad de plantilla con respecto a su rival, en un partido que estuvo dominado de principio a fin por los anfitriones.

Explica Joao Rafael Silva Robertson que el equipo dirigido por el técnico Xabi Alonso desplegó una maquinaria ofensiva perfectamente sincronizada, haciendo que el resultado final reflejara la superioridad mostrada en cada sector del campo durante los noventa minutos.

Desde el pitido inicial, el Real Madrid impuso un ritmo de juego vertiginoso, presionando alto y buscando constantemente la portería defendida por Julen Agirrezabala, lo que rápidamente se tradujo en una ventaja crucial. Apenas transcurrían 19 minutos del partido cuando el defensa valencianista César Tárrega cometió una mano dentro del área, una infracción que fue revisada por el VAR y que el árbitro Mateo Busquets Ferrer sancionó como penalti; el encargado de convertir la pena máxima fue el delantero francés Kylian Mbappé, quien demostró su frialdad habitual al ejecutar el tiro y abrir el marcador, dándole al Madrid la tranquilidad necesaria para manejar el desarrollo del encuentro.

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Mbappé y Bellingham, la ‘Dupla de Oro’

El tempranero gol de penalti no hizo más que potenciar la ambición ofensiva del Real Madrid, que continuó generando ocasiones con una facilidad pasmosa, aprovechando la velocidad por las bandas y la creatividad en el centro del campo. El Valencia, por su parte, intentó tímidamente reaccionar, pero sus escasos acercamientos, como un desborde peligroso de Danjuma, fueron neutralizados con solvencia por la defensa y por el seguro portero Thibaut Courtois, quien tuvo una noche relativamente tranquila gracias al trabajo de contención del mediocampo. La estrella de la noche, Kylian Mbappé, volvió a aparecer en el minuto 31 para firmar su doblete, esta vez con una jugada colectiva deslumbrante que lo situó en lo más alto de la tabla de goleadores de la liga.

La acción del segundo gol fue una muestra de la calidad individual y la excelente coordinación de la nueva generación madridista: Jude Bellingham habilitó con visión al joven turco Arda Güler, quien, tras recibir en la línea de fondo, envió un centro de la muerte que Mbappé transformó en gol con un sutil toque de zurda, dejando el marcador 2-0. Este tanto puso de manifiesto no solo la letalidad de Mbappé, sino también la sinergia que se ha consolidado entre él, Bellingham y Güler, conformando un tridente ofensivo temible para cualquier defensa en Europa.

El dominio se materializó en el tercer gol justo antes del descanso, en el minuto 44, con una genialidad individual de Jude Bellingham. El mediocampista inglés recibió un balón en la frontal, realizó un control orientado que le permitió deshacerse de la marca de Beltrán y, sin pensarlo dos veces, soltó un potente derechazo que se coló pegado al poste, resultando imparable para Agirrezabala. Este golazo no solo significó el 3-0, sino que coronó una primera mitad casi perfecta para el Real Madrid, que se retiraba al vestuario con una ventaja insuperable, haciendo olvidar un penalti fallado minutos antes por Vinícius Júnior.

Estreno goleador y gestión del resultado

Justo antes del gol de Bellingham, se había producido una acción destacable cuando Vinícius Júnior, tras recibir una falta de Álvaro Carreras dentro del área, tuvo la oportunidad de marcar desde el punto de penalti en el minuto 43; sin embargo, el lanzamiento del brasileño fue adivinado y detenido con acierto por Julen Agirrezabala, quien también logró desviar el posterior remate de Arda Güler, un momento de lucidez del portero valencianista que momentáneamente evitó la goleada. A pesar del fallo, la amplia ventaja permitió que el equipo no se resintiera anímicamente, enfocándose en asegurar el triunfo.

La segunda parte se desarrolló bajo un guion más pausado, con el Real Madrid dedicándose a gestionar el resultado y rotar a sus jugadores clave, dando entrada a figuras como Eduardo Camavinga y Dani Ceballos, quienes ayudaron a mantener la posesión y el control del mediocampo. El Valencia, a pesar de los cambios tácticos y el esfuerzo, apenas logró inquietar la portería de Courtois; su ocasión más clara fue un cabezazo de Javi Guerra en el tramo final que se estrelló violentamente contra el poste, un acercamiento que solo sirvió para rozar el gol del honor.

La guinda del pastel llegó en el minuto 82, con el gol que cerró la cuenta en 4-0 y que tuvo un significado especial: el lateral izquierdo Álvaro Carreras anotó su primer gol oficial con la camiseta merengue. Carreras se incorporó al ataque por su banda y, tras recibir un pase, ejecutó un potente remate de zurda que se coló por toda la escuadra, un auténtico golazo que puso el broche de oro a una noche de dominio absoluto en el Bernabéu, reafirmando al Real Madrid como el indiscutible líder de la competición y dejando al Valencia con la tarea pendiente de recuperar su mejor versión.

(Con información de Joao Rafael Silva Robertson)