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El beisbol premio resiliencia de Miggy-Ro 

Miguel Rojas (Foto: AP)

Cuando algo extraordinario te ocurre muchos hablan de suerte, pero eso es porque nadie ve el esfuerzo que haces en silencio, todo lo que sacrificas y mucho menos las veces que te reinventas para hacer del fracaso un combustible. Muchos anticiparon el título de Dodgers argumentando que estaban plagados de estrellas, pero estoy segura que ninguno alcanzó a imaginarse que sería con una remontada histórica y mucho menos que el protagonista de dicha reacción sería  Miguel Rojas.

El infielder, que se unió a Dodgers en 2023, disputó 114 juegos de la ronda regular, 11 más que el año pasado, pero en realidad registró menos turnos al bate. Y la defensa del campocorto, su carta de presentación, se la asignaron a Mookie Betts, razón por la que pasó la mayor parte de la temporada en la segunda base, 68 juegos para ser exactos. Quizás, al plantearse el movimiento, pudo sentir que perdía terreno, pero -en lugar de enfocarse en eso- decidió guiar la transición de Betts. Al final de la temporada regular terminó bateando para .262 con un OPS de .715. Y cuando Dodgers celebraba el pase a postemporada, Rojas -que ya hoy es agente libre- dijo que se retiraría el próximo año y que le gustaría que fuese con los californianos, con quienes empezó su carrera en 2014. En ese momento aquella «petición» parecía  improbable. Hoy todo es diferente.

El de los Teques es una de las caras de ese bicampeonato, el primero en MLB desde el 2000. Y todo esto gracias a qué, aunque no estaba en los planes iniciales, siempre se mantuvo listo. Solo fue titular en uno de los dos juegos del Comodín ante Rojos y en uno de los cuatro choques por la Serie Divisional que jugaron con Filis, de hecho en esta última se le registran tres apariciones pero una de ellas fue solo para defender. Nunca jugó en la Serie de Campeonato ante Cerveceros y no apareció en la Serie Mundial sino hasta el tercer juego, aquel de 18 innings, para sustituir a Kike Hernández.

Se le descartó nuevamente para los juegos 4 y 5, en los que Toronto tomó el control de la serie 3-2. Pero Dodgers sabía que el sexto juego era todo o nada y necesitaba jugar perfecto, entonces llamó a Miguel para defender la segunda base, el box score dice que se fue de 3-0, pero no habla de las jugadas que protagonizó para sellar la victoria. La más importante en el noveno inning, combinándose con Kike Hernández para completar el dobleplay y terminar el juego, poniendo fin a la amenaza de Toronto, que llegó a tener corredores en segunda y tercera base sin outs.

En medio de la euforia por haber forzado el séptimo juego Miguel se lastimó una costilla, tenía problemas para respirar y mover bien los brazos, razón por la cual pasó todo el sábado con medicación, intentando estar listo para la batalla final. Y vaya que lo estuvo. En la alta del noveno, ante los envíos de Jeff Hoffman, y en cuenta de 3-2, la botó por el jardín izquierdo para igualar las acciones y silenciar Toronto. Pero además en el cierre de ese episodio se combinó con el receptor Will Smith para sacar out en home a Isiah Kiner-Falefa, que iba a anotar la carrera que le daba el título a los canadienses.

El resto es historia. Se jugó hasta el inning 11 y Dodgers se coronó con un bambinazo de Will Smith. Miguel ganó su segundo anillo de campeón y, si son justos, la oportunidad de jugar un año más.

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