El Manchester United liberó un poco de presión que se había vivido en la última semana tras la derrota ante el City, luego de vencer en un atropellado encuentro al Chelsea por 2-1, en el clásico moderno de la Premier.

El partido en Old Trafford no fue sencillo para ninguno de los dos, en especial para los de Enzo Maresca, que se quedaron sin arquero tras la expulsión de Robert Sánchez al quinto minuto de juego, por derribar fuera del área a Bryan Mbeumo cortando una ocasión de gol, y sufrieron la salida por lesión de Cole Palmer.

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Con la expulsión del guardameta, los locales mostraron superioridad y se adelantaron con gol de Bruno Fernandes, su número 100 con los «red devils». La diferencia la estiró Casemiro al minuto 37 con un cabezazo.

La primera parte sufrió un descuento de 10 minutos luego de la expulsión, la lesión de Palmer, tres cambios realizados por los «blues» y la intervención del VAR en el tanto del portugués. En el añadido, el Manchester United sufrió la expulsión de Casemiro por segunda amarilla, dejando a los dos con diez hombres en cancha.

Los del cuestionado Ruben Amorim siguieron creando mejores oportunidades, pero cuando Trevoh Chalobah cabeceó un gol para el Chelsea en el minuto 80, se generó un final nervioso antes de que los fanáticos locales estallaran de alivio con el pitido definitivo.

Los «blues» desperdiciaron su oportunidad de subir a las posiciones más altas de la tabla (segundo o tercero dependiendo del Arsenal) durante esta jornada y quedó con ocho puntos, uno más que los «diablos rojos», que obtuvieron su segunda victoria en cinco partidos de la Premier.