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Omar Daal, zuliano inolvidable – Líder en deportes

Recibir las oportunidades correctas puede que tome tiempo, pero si son para ti y trabajas con disciplina ten seguro que van a llegar. Un ejemplo de eso puede ser la historia que escribió Omar Daal en Grandes Ligas, a donde llegó en 1993 como parte de la camada de 5 venezolanos que subieron ese año.

Omar tenía 21 años cuando se estrenó con los Dodgers de Los Ángeles. En esa primera incursión vio acción en 47 juegos y lanzó 35 innings y un tercio, en los que permitió 20 carreras limpias y dejó una efectividad de 5.09. Pero en los dos años siguientes su carga de trabajo se redujo a poco más de 20 juegos por zafra. No fue sino hasta 1996, cuando pasó a Expos de Montreal, que pudo jugar con más regularidad. Impuso un récord personal con 64 apariciones y 87 innings y tercio de labor, en los que recetó 82 ponches y dejó una efectividad de 4.02.

En el 97 dividió su tiempo entre Expos y Azulejos en medio de una temporada para el olvido. Pero Omar era persistente y tenía carácter. Volvió al año siguiente con los D-Backs de Arizona y ahí recibió la oportunidad que cambió su historia. Los del desierto confiaron en ese zuliano de 26 años y le dieron la oportunidad de abrir juegos, en 23 de sus 33 apariciones. Superó entonces la barrera de los 100 innings trabajados por primera vez en su carrera, terminando con 162 y dos tercios de solo 52 carreras limpias, concedió sólo 51 boletos y ponchó a 132 para terminar con una efectividad de 2.88, que fue la mejor de su carrera.

Para 1999 no había dudas, Omar era un abridor. Hizo 32 apariciones todas bajo ese estatus con Arizona, y lanzó entonces 214 entradas y dos tercios de 87 carreras para terminar con una efectividad de 3.65 y un sólido récord de 16-9 que lo metió en el Top10 de los pitchers más ganadores de Liga Nacional. Al año siguiente vivió otra temporada difícil que a la postre lo llevó a Filadelfia y le dejó una abultada efectividad de 6.07. Nuevamente aparecieron las dudas, pero una vez más las afrontó con carácter y siguió.

Para el 2001 Omar hizo 32 apariciones con los Filis y dejó un récord positivo de 13 – 7 luego de 185 innings y dos tercios en los que facturó una efectividad de 4.46, otorgó 56 boletos y ponchó a 107. Y para el 2002 volvió a donde todo empezó, a los Dodgers de Los Ángeles, para mostrarles cómo había evolucionado y, aunque lo hicieron compartir su tiempo entre la rotación y el relevo, los resultados fueron bastante positivos. Terminó con 11-8, 105 ponches, por apenas 54 pasaportes, y dejó un promedio de carreras limpias de 3.90.

Su carrera terminó al año siguiente con los Orioles de Baltimore. En total disputó 11 campañas, completó 1.198 innings y dos tercios, en los que recibió 606 carreras limpias, concedió 441 boletos y ponchó a 806. Dejó una efectividad de 4.55 y un WHIP de 1.41. Entre los lanzadores venezolanos ocupa la posición 15 en juegos disputados y la 16 en ponches, es el número 13 en innings. Sí le tomó tiempo ganar la oportunidad de ser abridor, pero vaya que valió la pena.

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