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Ray Chapman cayó moribundo tras recibir en la cabeza la recta de Carl Mays de los Yankees

Este domingo 17 se cumplieron 105 años de la horrible y única tragedia de este tipo en la historia de las Grandes Ligas.

En la tarde del lunes 16 de agosto de 1920, el shortstop de los Indios Ray Chapman, de 29 años, bateador derecho, cayó sobre el home, con la cabeza destrozada, bañado en sangre, ante el asombro de 21.213 espectadores. Una recta de Carl Mays, lanzador derecho de los Yankees, lo había alcanzado. Aún no se conocían los cascos en el beisbol.

Aquella era una tarde húmeda, calurosa y jugaban en el Polo Grounds, porque faltaban tres años para que se inaugurara el primer Yankee Stadium.

Jugaban el quinto inning, Mays, de 26 años, tiraba por debajo del brazo, y Chapman solía acercarse mucho al home-plate, lo que incomodaba a los lanzadores. Ganaban los Indios 3-0, y la cuenta llegó a 1-1.

El umpire Tom Connolly gritó pidiendo un médico (aún no los tenían los equipos bajo contrato, como hoy día). Jugadores de ambos clubes rodearon a Ray. Con ayuda, logró incorporarse, y caminaba rumbo al clubhouse, al cual había que ir atravesando el terreno hacia el centerfield.

“Infórmenle a Kate que estoy bien”, balbuceó, “por favor, mi sortija, y díganle a ella, que la quiero mucho”.

El trainer le guardaba un anillo con brillantes, regalo de su esposa Kathleen Daly, quien le había despedido la noche anterior en la estación del tren en Cleveland, y quien esperaba su primer hijo. Chapman, en su novena temporada de Grandes Ligas, había planificado retirarse después de la campaña de ese año, aun cuando estaba en plenitud de sus facultades.

“Es que no quiero sufrir más estas separaciones de mi esposa” recordaron que solía explicar a sus amigos. “Voy a dedicarme a ella, a nuestro hijo y a los negocios en Cleveland”.

Le colocaron la sortija en el dedo anular izquierdo, según la costumbre de los casados en Estados Unidos. Entonces trató de sonreír, y se desmayó. Lo llevaron en camilla hasta la ambulancia. Ya no recuperó más el conocimiento.

En el St Lawrence Hospital, los rayos X revelaron fractura del parietal izquierdo de nueve centímetros.

En la madrugada del martes 17, a las 12:29, comenzaron la operación, durante la cual removieron un fragmento óseo, de unos cuatro centímetros por lado. El cerebro había sufrido graves lesiones. Localizaron coágulos de sangre. La labor quirúrgica concluyó a la 1:44 de esa mañana.

El paciente respiró mejor, por lo que sus compañeros de equipo, que habían permanecido en vigilia, regresaron al hotel, confiados en que lo peor había pasado.

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Cuando creyeron que lo peor había pasado, se enteraron de la mala noticia

Sin embargo, cuando horas después se levantaron, supieron que Ray había muerto a las 4:40. “No creo que Mays le tirara deliberadamente a Chappie”, dijo más tarde el mánager-jugador de los Indios para la fecha, Tris Speaker. “Él tuvo tiempo de apartarse, pero nunca se movió”.

Mays, quien ganó ese año 26 juegos y 27 en el siguiente (1921), tenía fama de lanzarle muy cerca a los bateadores. En 15 temporadas, durante las cuales vistió cuatro uniformes, terminó con 208-126 y efectividad de 2.92.

Los equipos con los que jugó fueron Medias Rojas, Yankees, Rojos y Gigantes, cuando estaban en Nueva York.

Después de ese lunes de agosto de 1920, y durante el resto de su vida (murió en Oregón, el 4 de abril de 1971), siempre afirmó no haber intentado golpear a Chapman, y que la muerte pudo haber sido porque no lo inmovilizaron después del golpe, sino que le hicieron caminar.

Los Indios ganaron ese juego, la Liga Americana y la Serie Mundial

Los Indios ganaron el juego de la tragedia 4-3, y llamaron al día siguiente de las menores a Joe Sewell para que se ocupara de la posición de shortstop.

Jugando en memoria de Chapman, ganaron el campeonato y la Serie Mundial a los Dodgers de Brooklyn. A la viuda de Chapman, le entregaron 3.986 dólares con 31 centavos, lo que le correspondía a su esposo como parte del equipo campeón.

Con el tiempo, los jugadores y equipos buscaron formas de proteger a los bateadores. Fue a partir de 1971, cuando era comisionado Bowie Kühn, que se obligó a los bateadores a usar los cascos. Hoy día es obligatorio el uso del casco, no solo por quien está al bate, sino también por los corredores, los prevenidos al bate y los coaches.

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