Moisés Salcedo ocupa las franjas del mediocampo del Chelsea; Willian Pacho la zaga central del París Saint-Germain, ambos de 23 años de edad. Dos jugadores salidos de Ecuador, un trozo de Suramérica ya con cinco mundiales, incluyendo al de 2026. Ellos llegaron, ellos se cuelan, ellos se meten. Ecuador ya dio el “gran golpe”. Jefferson Savarino crea juego en el Botafogo campeón de la Copa Libertadores, Yeferson Soteldo inventa gambetas en el Fluminense, semifinalista del campeonato de Clubes. Dos luces de Venezuela, aún sin vivir el gran escenario del Mundial. Son tan buenos como los dos ecuatorianos, pero ¿por qué no han llegado a donde tienen que llegar? Son múltiples los factores que han incidido en las diferencias, así los dos jugadores del país hayan dado “el golpe” pero sin conseguir el punto más alto del fútbol universal…
Fernando “Colorao” Aristeguieta, director técnico del Caracas, decía que el abismo estaba en el pasaporte. Decir “Venezuela” equivalía a un respingo, a un gesto de interrogante. Y es verdad, aunque hay otras verdades. A Ecuador lo respalda y le da alto valor en el fútbol europeo haber ido a mundiales, es decir, que hayan visto a sus hombres. Otra cosa pasaría si la Vinotinto pone pie en el 2026 y se consagra mundialista: así los seguirían, los degustarían y elevarían sus enteros en la incierta ruleta del fútbol. Savarino deslumbra, Soteldo marca dos veces en el carrusel Mundial. Que estupendo sería para todos, porque entonces, ahí sí, Venezuela estaría dando, esperado desde tiempo inmemorial, ”el gran golpe”, y se sacudiría el “cenicientesto” traje desteñido y sin luces del mágico cuento de Charles Perrault y hecho cine por Walt Disney…
Hace unos días comentábamos la Copa América y en especial la crecida, aunque modesta, del equipo Vinotinto. Esta semana se jugaron las semifinales del campeonato en procura de dos cupos para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, y también el partido por el opaco quinto lugar que daría el último cupo disponible a los Juegos Panamericanos de Lima 2027. Venezuela no entró. ¿Qué le pasó a este grupo luego de dos decentes partidos ante Brasil y Colombia? Esta selección apuntaba a la brega por un lugar, sino a California, al menos a la tierra del inca. No hay la intención de “poner agua en la cerveza”, como dicen en Río de Janeiro, pero tenemos la sensación de que los elogios para estas muchachas han sido desmedidos, algo alejados de la realidad. Deyna Castellanos, la figura nacional, anduvo por las canchas sin aquellas certezas de otros días. Ahora sería útil tener presente “dónde es que se ve la costura” y partir de ahí.
Nos vemos por ahí.