Los Yankees de Nueva York terminaron ganando un partido ante los Marineros de Seattle el jueves, en el que perdían 5-0 y estaban recibiendo un no-hitter hasta la octava entrada, inscribiendo su nombre en los libros de historía al completar una gesta admirable, y que mantiene más vigente que nunca la icónica frase de Yogi Berra: «el juego no se acaba hasta que se acaba».
Lee también: Robert Suárez apagó las luces de los Cascabeles
Bryan Woo mantuvo a los Yankees totalmente sometidos durante las primeras siete entradas entradas, pero Jazz Chisholm Jr. conectó un rodado que se coló entre territorio de primera y segunda base para el primer hit de los locales en la jornada. Seguidamente, Chisholm anotó con elevado de sacrificio de Austin Wells y Giancarlo Stanton pegó jonrón dos carreras.
Los ‘Bombarderos del Bronx’ anotaron dos más para empatar en el noveno inning y se llevaron la victoria 6-5 en la baja del décimo, gracias a un elevado de sacrificio de Aaron Judge y un brillante deslizamiento de Anthony Volpe, que burló el intento de toque del receptor Cal Raleigh y contrarrestó el tiro perfecto de Julio Rodríguez en el jardín central.
De esta manera, los Yankees se convierten apenas en el segundo equipo en la Era de la Expansión (desde 1961) en ganar un juego después de no haber dado hit y estar perdiendo por al menos cinco carreras hasta el séptimo inning. Los otros en completar esa gesta durante la citada Era, fueron los Piratas de Pittsburgh el 24 de junio de 1977 ante los Expos de Montreal, que habían contado con Wayne Twitchell para silenciar a la ofensiva de los Piratas.
Volpe era el ideal para hacer la jugada
«Sabía quién estaba en tercera, así que mi único pensamiento al llegar al home fue levantar la bola y dejar que [Volpe] se encargara del resto», dijo Judge en referencia a la jugada definitoria del partido del jueves. «¡Qué gran deslizamiento! No hay nadie más a quien quisiera en una situación así que a Volpe».
Tras la jugada, los peloteros locales salieron del dugout a celebrar, frenados brevemente por una revisión de los árbitros que rápidamente confirmó el ‘quieto’ en home, todo al ritmo de ‘New York, New York’ de Frank Sinatra, anunciando la tercera victoria de los Yankees dejando al rival en el terreno este año y el cuarto triunfo de manera consecutiva.
«Fue increíble», dijo Austin Wells sobre el ‘slice’ de Volpe. «Le dio la vuelta por completo; metió la mano. Fue un gran deslizamiento. Necesito verlo de nuevo, pero fue increíble».
Por su parte, Aaron Boone destacó que sus dirigidos no se rindieron y pelearon cada turno, pese a que se notaba como el pitcheo contrario los estaba dominando.