Cámaras, micrófonos, transmisiones en vivo. El periodista deportivo se mueve en escenarios brillantes, entre goles y polémicas, pero detrás de cada nota hay una red invisible de comunicaciones, mensajes, documentos, y fuentes. ¿Qué pasa cuando esa red está expuesta? ¿Quién protege al periodista deportivo cuando la amenaza no viene del campo de juego, sino de la red Wi-Fi?
Aunque parezca que el periodista político o de investigación tiene mayor necesidad de proteger datos, el periodista deportivo tampoco está exento de riesgos. Correos filtrados, contactos vulnerables, cuentas comprometidas: un pase filtrado mal puede destruir más que una primicia.
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Entendiendo el riesgo: no es solo un juego
Primero lo básico: los periodistas deportivos, como cualquier otro, manejan información. Contactos privados con jugadores, entrenadores, directivos. Acceso anticipado a fichajes, contratos, declaraciones no públicas. Todo eso es oro para quien quiera manipular narrativas, sabotear una cobertura o ganar ventaja.
Según el informe de Reporteros Sin Fronteras de 2024, más del 38% de los ataques digitales reportados por periodistas en América Latina estaban relacionados con coberturas de alto perfil, incluyendo eventos deportivos internacionales. Y de esos ataques, un 22% se dirigieron a cuentas de correo profesional o aplicaciones de mensajería como WhatsApp o Telegram.
Entonces: no, no es paranoia. Es precaución.
Cuidado con el Wi-Fi del aeropuerto
La gira de cobertura lleva al periodista a estadios, hoteles, aeropuertos. Conectarse a una red pública puede ser tan cómodo como peligroso. ¿Usas la red “FreeStadium2025”? ¿Y estás seguro de que es la verdadera? La suplantación de redes Wi-Fi es una táctica común entre los ciberatacantes. Basta una conexión a una red falsa para abrir la puerta a espionaje, robo de credenciales o inyección de malware.
Lo mejor: sigue leyendo las páginas públicas cuando quieras. Si aún necesitas conectarte, descarga apps VPN para PC o smartphone. Con buenas app VPN confiable, puedes protegerte de la mayoría de las ciberamenazas. VeePN cifra la información y anonimiza el tráfico, impidiendo el rastreo de los datos que suelen transmitirse abiertamente en redes wifi públicas.
Dispositivos móviles: la grieta silenciosa
Muchos periodistas deportivos trabajan directamente desde el celular. Notas de voz con jugadores, imágenes rápidas desde el entrenamiento, acceso directo a redes sociales. ¿Y si ese mismo teléfono no tiene activado un bloqueo por huella o PIN? ¿Y si las apps no están actualizadas?
Un informe de Kaspersky de 2023 indica que el 48% de los ciberataques contra periodistas se realizaron a través de dispositivos móviles. ¿Por qué? Porque son más vulnerables, se actualizan menos y se usan para todo. Desde revisar el correo hasta grabar entrevistas.
Recomendación obvia pero ignorada: tener un segundo dispositivo para temas sensibles. Actualizar el sistema operativo periódicamente. Cifrar el contenido, la forma más confiable y sencilla es utilizar VeePN VPN. Y, en lo posible, utilizar aplicaciones de comunicación segura como Signal para fuentes confidenciales.
Contraseñas: no más “fútbol123”
Podrá parecer broma, pero aún en 2025, muchos periodistas siguen usando contraseñas como “periodista2020” o “realmadrid10”. Una contraseña débil es como una defensa floja en un córner: lo más probable es que te metan gol.
Lo ideal: usar un gestor de contraseñas. Generar claves únicas, largas, sin relación con datos personales. Cambiarlas regularmente. Activar la verificación en dos pasos siempre que sea posible, y nunca compartir credenciales con colegas, por mucho que confíes en ellos.
Una estadística reveladora: en 2022, más del 60% de las filtraciones de información periodística en Iberoamérica se debieron a contraseñas robadas o poco seguras, según la Fundación para la Libertad de Prensa.

Protegiendo fuentes: más que ética, es supervivencia
La relación con las fuentes es sagrada. Un jugador que filtra un dato, un empleado del club que revela información confidencial… esa fuente espera confidencialidad. Pero si el periodista no protege los canales de comunicación, compromete su contacto y su carrera.
Lo mínimo: nunca almacenar nombres reales de fuentes sensibles en contactos o chats identificables. Utilizar nombres clave. Borrar conversaciones cuando ya no sean necesarias. Usar servicios de mensajería cifrados de extremo a extremo. Evitar compartir grabaciones sin consentimiento, aunque sea tentador ganar la exclusiva.
Y sobre todo: construir un protocolo. Saber qué información puede circular y cuál no. Tener respaldo físico de datos sensibles, por si el entorno digital cae. En pocas palabras: pensar como si siempre estuvieras vigilado. Porque quizá lo estés.
Twitter (ahora X), Instagram, TikTok. Los periodistas deportivos viven ahí. Pero esa exposición es un arma de doble filo. Fotos que revelan ubicaciones, stories que muestran acceso anticipado, comentarios que pueden detonar ataques coordinados.
Además, muchos periodistas caen en ataques de phishing disfrazados de colaboraciones o invitaciones a eventos. Un mensaje directo que dice: “Tu cuenta ha sido verificada, ingresa aquí para completar el proceso”. Click, adiós cuenta. Y adiós reputación.
¿Cómo evitarlo? Sospechar de todo enlace no solicitado. Activar notificaciones de inicio de sesión. Usar correos separados para las redes y el trabajo. Nunca publicar detalles sobre tu ubicación actual en tiempo real. Y revisar la configuración de privacidad al menos una vez al mes.
En resumen: no es paranoia, es preparación
La seguridad digital ya no es opcional. Es parte del oficio. Así como se prepara una cobertura o se revisa una alineación, también se debe repasar el protocolo de seguridad. Lo que está en juego no es solo una nota, sino la integridad de las fuentes, el prestigio profesional y, en ocasiones, la seguridad personal.
El periodista deportivo moderno no solo debe saber de técnicas, estadísticas y polémicas. También tiene que saber cifrar, proteger, borrar, asegurar. Porque mientras el mundo mira el partido, tú también debes mirar tu red.
Y protegerla como si fuera la portería en el minuto 90.