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Víctor Davalillo, caballo de mil batallas

“Después de que yo me vi en un estadio de Grandes Ligas dije: de aquí no me saca nadie”, con esa frase comenzó Víctor Davalillo una exclusiva que concedió a Líder en Deportes hace exactamente nueve años. Entonces presumía con orgullo que, en medio de altas y bajas, coleccionó 16 temporadas en ese que llamaban el mejor beisbol del mundo. Y fue el vivo ejemplo de que el que persevera alcanza. Su historia comenzó en 1963, cuando Luis Aparicio estaba en su mejor momento y unas tres contiendas después del debut de Elio Chacón. Fue entonces el noveno venezolano en la Gran Carpa y, a la larga, se convertiría en el tercero que coleccionaba 10 o más campañas.

Firmó con los Rojos de Cincinnati en 1958 como lanzador, pero finalmente debutó como jardinero en 1963 con los Indios de Cleveland, cuando tenía 23 años. Una fractura en el antebrazo lo dejó fuera de juego durante casi un mes, pero igual terminó esa primera contienda con buenos números, bateando .292 con 30 extrabases, 36 carreras empujadas y 44 anotadas. En total jugó seis campañas con “la tribu” y en ese interín, específicamente en 1965, se convirtió en el primer venezolano que bateaba .300, ese año fue convocado al All Star.

En 1968 pasó a los Angelinos de California para luego defender las camisetas de San Luis (entre 1969-70), Pittsburgh (1971-73), Oakland (1973-74) y Los Ángeles (1977-80). En 1971 ganó su primer anillo de Serie Mundial, cuando Piratas venció en siete juegos a los Orioles de Baltimore con Roberto Clemente en plan estelar. Un segundo anillo llevó su nombre en 1973, cuando los Atléticos vencieron en 1973 a los Mets, también en siete juegos. Ligó para .323 en 22 juegos de postemporada.

De acuerdo a Baseball Reference, “Vitico” participó en 1458 juegos de ronda regular, en los que conectó 1122 hits, incluidos 36 jonrones, empujó 329 carreras y anotó 510. Todo esto para un promedio al bate de .279 y un slugging de .364. La de 1972 fue su mejor contienda ofensiva al terminar con un promedio de .318. En más de 1000 juegos defendió los jardines. 755 veces como jardinero central, 202 en la pradera derecha y 131 en la izquierda, todo para un porcentaje de fildeo de .986. En vida contaba orgulloso que le pidió consejos nada más y nada menos que a Willie Mays y tenía la capacidad de saber que tan lejos era el batazo solo con el sonido del bate. Su registro le cuenta también 47 apariciones como inicialista, seis como bateador designado y dos como lanzador.

“Vitico” fue un enamorado del beisbol y estuvo siempre dispuesto a jugar donde se le necesitara. Cuando debutó en MLB ya tenía seis campañas en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), nunca dejó de jugar en casa cuando fue grandeliga e incluso -después de su retiro en EEUU- disputó otras ocho contiendas en Venezuela. Es el único bateador de la historia del circuito local con 30 campañas en su haber.

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