Te sugiero que, si juegas beisbol, no andes ríendote por ahí durante los juegos. Podría ser mortal… Yogi Berra.
Entre la vida y la muerte, a veces lo que hay es una carcajada. Lamentablemente, muchos tienen la mala costumbre de reírse de los chistes que publico, que son tan malos Ahora, en cuanto a mí, como me gustan tanto esos chistes, acabo de comprar un seguro de vida.
Y ésto lo firma, Diógenes Pigmalion:
Puedes morir de la risa. El nombre científico de esta muerte es Hilaridad Fatal. Sí, es posible fallecer por una risa convulsiva o una sonora carcajada, por la cual la víctima sufre un infarto.
Existen casos médicos registrados, en los cuales las personas dieron el paso al más allá con una espectacular carcajada, presas del mejor de los chistes, o de la situación más cómica de su vida.
“Ahora, en cuanto a la inocencia, es lo que desaparece más rápidamente, a mil por hora”… Joseph McKadew.
“Hace años, los niños veían a las cigüeñas volando, con cargas en el pico, ahora lo que ven es a mamá engordando durante nueve meses”… Armandina
Cisneros de Uslar.
¿Cómo hago para que las papas no se peguen en el horno? Sencillo: Explícales que la violencia solo genera más violencia.
El novio le dice su futuro suegro: “Vengo a pedirle la mano de su hija” “¡Ah, sí!… ¿Y usted está en condiciones de mantener a una familia?”. “Sí señor. Tengo un buen trabajo. Sí puedo”. “¿Está seguro?… Mire que en esta familia somos nueve”.
“Nada es más secreto que la ingle de una monja”… Luis Piedraíta, TVE.-
“Por favor, señor, ¿por aquí se va para allá?”… Ernesto Sevilla, TVE.-
“La amistad entre idiotas es muy divertida”… Ernesto Sevilla, TVE.-
La Lección Del Toro. Una mujer y su esposo visitan una granja y, mientras paseaban, vieron a un toro montando a una vaca. Intrigada, la mujer le preguntó al gerente de la granja: —¿Cuántas veces tiene sexo ese toro cada día? El gerente respondió: —Seis o más veces diarias, señora. La mujer miró a su marido con una sonrisa triunfal y le dijo: -¡¡Ya ves!! El marido, sin perder la calma, preguntó al gerente: —¿Se refiere a seis veces al día con la misma vaca? El gerente sonrió y aclaró: —No, no… con diferentes vacas cada vez. El marido se giró hacia su esposa con una sonrisa pícara y le dijo: —¡¡Ya ves!!
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