En el deporte todos quieren anticiparse, predecir hazañas y descubrir a las futuras estrellas. Pero hay ocasiones en las que los pronósticos fallan, no se alcanzan las expectativas y las promesas no se concretan. Jesús Luzardo sabe mucho de eso, sus constantes lesiones le han impedido cumplir aquellos extraordinarios pronósticos que lo rodeaban desde su aparición en Grandes Ligas, por allá en 2019. Ahora, de cara a su séptima campaña, busca redención.
El zurdo ha llamado la atención desde que apareció en el radar de los fanáticos, primero porque -a pesar de haber nacido en Perú- dice sentirse tan venezolano como sus padres y luego porque parecía estar para grandes cosas. En los reportes de los scouts se hablaba de su potente recta que podía tocar las 100 mph, además de un efectivo slider, y se destacaba su capacidad innata para recetar ponches. A la postre debutó siendo el prospecto número 1 de Oakland y número 13 de MLB, y seis apariciones le bastaron ese año para llamar la atención de quienes todavía no lo conocían.
Para 2020 se esperaba que irrumpiera con fuerza en el Big Show, pero realmente ni en esa ni en la campaña siguiente pudo demostrar todo ese potencial que decían que tenía, tuvo algunas actuaciones brillantes, pero no logró ser consistente y además comenzó a ser visto como un jugador bastante propenso a las lesiones. Su historia con los Atléticos finalmente terminó a mediados de 2021, dejando una elevada efectividad de 4.79. Pero todo mejoraría en los Marlins.
El Luzardo que defendió la camiseta de los peces en 2022 y 2023 es el más consistente que se ha visto en Grandes Ligas y fue de menos a más. En 2022, aunque luchó con lesiones y estuvo fuera casi dos meses y medio, por primera vez completó 100 entradas y recetó más de 100 ponches, todo esto para dejar una buena efectividad de 3.32 con un WHIP de 1.04. Y el año siguiente fue mejor. Un buen augurio había dejado su actuación con Venezuela en el Clásico Mundial, en el que lanzó el último día del todos contra todos, ante Israel, y completó 4.0 innings en blanco con cinco ponches.
Al final en Grandes Ligas cerró ese 2023 con 178.2 innings de labor, 208 ponches, apenas 55 boletos y un récord nivelado a 10 en 32 presentaciones. Bajó la santamaría con una efectividad de 3.58 y la promesa de que lo mejor estaba por venir. Pero no pudo cumplir su palabra, debió asumir la responsabilidad de ser el as de la rotación -ante la ausencia de Sandy Alcantara- y realmente no lo logró. Apenas pudo hacer 12 presentaciones antes de que una reacción por estrés lo sacara de juego en junio y le dejara la peor cosecha de su carrera.
Volvimos al principio. Una vez más necesita demostrar que tiene el talento y las herramientas para batallar al máximo nivel. Ahora en un equipo contendiente como Phillies, cuya rotación la encabezan Zack Wheeler y Aaron Nola.