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Alí Sánchez tomó un nuevo aire en su bateo

No se pueden quejar los técnicos y gerencia de los hoy campeones de la LVBP, Cardenales de Lara. Ante la partida en pleno todos contra todos de su receptor regular Carlos Narváez, por sus exigencias de su nueva organización (Medias Rojas de Boston), existían dudas sobre su suplente: Alí Sánchez.

No tanto por su defensa, considerada de primera, sino por su bateo, que siempre fue su “Talón de Aquiles”, tanto en Venezuela como en el sistema de MLB. Desde que en 2014, a los 17 años comenzó su peregrinar por las suscursales de Mets de Nueva York, debió esperar siete años para debutar en el equipo grande en la zafra 2020, más por ser uno de los receptores de emergencia en plena pandemia del Covid-19, que por su estaca. Y apenas jugó cinco choques.

Luego en 2021, apenas recibió dos careos con San Luis; y volvió el año pasado a un equipo grande, para disputar 31 choques con Miami. Dejado libre luego de terminada la zafra, logró contrato para menores con invitación a los campos de entrenamiento con Toronto.

Sabe que no será el titular, ya que el mexicano Alejandro Kirk es el fijo. Sin embargo, tiene el chance de quedarse como backup o suplente. O ser llamado desde las menores en caso de una emergencia.

Como señalamos, su bateo ha sido su gran problema. Prueba de ello es que en las menores apenas promedia .264 en 640 careos y 2.251 veces al bate con 35 vuelacercas. Ya en sus pasantías en MLB, en 38 choques batea .175 (97-17) con cinco anotadas, cuatro dobles y cuatro remolques sin jonrones.

Sin embargo, el tórrido bateo que ha tenido en esta campaña en la LVBP, apunta a que por lo menos los canadienses lo tomarán en cuenta si logra trasladar parte de esos números a los campos de primavera. Los números no mienten: .438 (de 48-21) en la ronda regular; en el round robin .324 en 10 juegos, luego que se fue Narváez; y .320 (25-8) durante la final.

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“La diferencia esta zafra creo que ha estado en que ahora tiene una rutina más sólida, que se adapta a lo que él quiere reflejar en el juego. Cada pelotero tiene la etapa en la que madura y reconoce lo que tiene que hacer, y lo que le conviene para ser más consistente.

Él está en esa fase”, analizó el coach de bateo guaro, Selwyn Langaigne. Esperemos que siga así.

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