Hizo ayer, 19 de enero, 91 años de haber sido dictada, la sentencia más sufrida por la gente del beisbol. Fue cuando quedó, definitivamente fuera del juego, el outfielder, Joseph Jefferson Jackson, más conocido como Shoeless (Descalzo) Jackson.
Fue uno de los bigleaguers más queridos de su época, notable bateador, pero no sabía leer ni escribir. Había sufrido un largo proceso judicial de 14 años, acusado de haber sido uno de los ocho peloteros de los Medias Blancas, vendidos a los apostadores en la Serie Mundial frente a los Rojos, en 1919.
Aquel medio día, cuando Shoeless salía del tribunal, un niño elevó su mirada para verle los ojos y preguntarle entre lágrimas:
“Dime que no es verdad, Joe. Te creo si me afirmas que no es cierto”.
Joe lo miró durante unos segundos, sonrió y siguió su camino en un gesto que pareció preguntar:
“¡¿Y qué valor tiene lo que diga yo?!”.
¿Qué era lo que decía Shoeless?
“Sí, recibí el dinero (de los apostadores), ocho mil dólares, y me los guardé. Pero después en la Serie, hice todo lo posible para que Chicago ganara”.
En los ocho juegos (esa Serie era a máximo de nueve) Joe bateó para 375, un jonrón, seis impulsadas en 22 turnos.
Pero ganó Cincinnati, 5-3.
Por qué se vendieron
los 8 Medias Blancas
Nada justifica entregar un juego, y menos en favor de apostadores. Pero se argumentó en aquel octubre, algo que se criticaba insistentemente, que el propietario de los Medias Blancas, Charles Comiskey, les pagaba sueldos miserables a sus peloteros, quienes en aquella época no podían irse a otro equipo, porque reinaba la cláusula de reserva.
A su primer lanzador en la rotación, Ed Ciccote, le pagó en 1919, por toda la temporada, 9.075 dólares. Y ese año su récord fue de 29-7, 1.82. Además en 14 temporadas había acumulado, 209-148, 2.38.


Y a Lefty William, quien ese año dejó récord de 23-11, 2.64, con 40 juegos abiertos y 27 completos, le pagó 4.000 dólares por la campaña.
El róster de ese equipo le costó a Comiskey por todo el año 1919, 61.397 dólares.
Cuando le pedían aumento, decía que no era posible, “porque estamos en guerra (la I Guerra Mundial)”.
Por eso, una pandilla de apostadores de Nueva York, encontró fácilmente la bienvenida de parte del primera base de los Medias Blancas, Arnold (Chick) Gandil.
Un apostador, llamado Joseph (Sport) Sullivan, era amigo de Gandil y ellos dos planificaron la trama. Pagarían 100 mil dólares al grupo de peloteros que se vendieran, 80 mil antes de comenzar la Serie y 20 mil al terminar.
Gandil se ocuparía de la distribución de esa suma.
Convenció a Ciccote, Williams, Oscar (Happy) Felsch CF, quien cobró por toda la temporada 2019, 2.750 dólares; George (Buck) Weaver, infielder, 7.250 dólares; Charles (Swede) Risberg, infielder, 2.500; Fred McMullin, 3B, 2.750; Descalzo, 6.000; y Gandil, 4.000. Fueron los ocho implicados en el escándalo.
No existía el Comisionado.
Aquel año 1919, no había Comisionado. Se jugó así durante 49 temporadas. Los presidentes de las Ligas eran la máxima autoridad.
Pero ante la aparición del drama de los vendidos en Chicago, decidieron crear al Comisionado del beisbol. Y se dedicaron a buscar a un ser con carácter, muy severo, capaz de tomar las medidas más apropiadas.
Después de examinar los curriculums vitae de 13 caballeros, decidieron que el más apropiado era un abogado, que era un juez muy severo, Kenesaw Mountain Landis, quien asumió a su cargo el 12 de noviembre de 1920 y permaneció en esas funciones hasta su muerte, el 25 de noviembre de 1944.
Fue quien provocó los juicios contra los ocho vendidos e hizo valer las sentencias.
Ha habido nueve comisionados más, hasta Rob Manfred, quien estará en el cargo hasta el final de la Serie Mundial de 2028.
Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.