Parado en el limbo, mirando hacia los inciertos senderos que se abren frente a él, Yeferson Soteldo se ha quedado sin equipo. Y suena raro, considerando que el muchacho de Acarigua es uno de los atacantes más habilidosos de América del Sur. El cuento de sus últimos años en el fútbol es este: jugando en el Santos como ídolo de la afición, el equipo lo cedió a préstamo al Gremio de Porto Alegre.
En el equipo del sur de Brasil se mantuvo durante una exitosa temporada, hasta hace unos días, cuando se anunció que el jugador venezolano, junto a otros cinco compañeros, salían del equipo pues sus contratos no iban a ser renovados. Los gremialistas inician ahora una renovación del plantel y no contarán con el grupo de futbolistas, es decir, una remezón que ha hace temblar a su ferviente afición…
Y entonces, se comienza a tejer la maraña del asunto. Al conocerse la noticia de libertad contractual, parte de la junta directiva del Santos, y ante la posibilidad de que el jugador volviese al equipo, se frotó las manos: “Ya regresa el gran puntero derecho”, entusiasmados ahora que el equipo de la ciudad ha regresado a la primera división. Pero, dijimos “parte”. La otra mitad ha manifestado no quererlo, y dicen tener razones personales.
Según versiones, Soteldo llevaba en Santos una vida pública fuera de los parámetros de lo que debe ser la conducta de un futbolista, gastando el buen dinero que le pagaba el equipo, y no desean nuevos problemas ahora que les tocará emprender las exigencias del Brasilerao. Y, para completar, la llamada “Torcida Jovem” (Barra Joven) del equipo, una de las más grandes de todo Brasil, también ha cuestionado, con vehemencia y por el mismo motivo, el regreso de Yeferson…
Entonces, volvamos al comienzo. Salir del Gremio ha sido un mazazo en la carrera de Soteldo. Ahí parecía, como también pareció en el Santos, iniciar una carrera hacia la grandeza. De él se ha dicho que lo de su compromiso no es nuevo, pues en Venezuela también hay historias. Preguntémonos: ¿por qué Soteldo, con todo ese bagaje de tanto, no ha ido a Europa? Jugadores de menos habilidades lo han conseguido, y él aunque ha sido seguido por clubes de aquel continente, ninguno de ellos se ha entusiasmado para ofrecerle un contrato de alto dinero y una nueva vida.
El tiempo va pasando, y en junio Soteldo cumplirá veintiocho años de edad; ya no es el adolescente deslumbrante, sino un curtido y buen jugador que entra en la madurez del fútbol. Queda esperar su situación con el Santos, que el viento de las verdades disipe la bruma de los días, y que la luz de Yeferson Soteldo siga brillando en Brasil y la Vinotinto. Nos vemos por ahí.