A todo el que dude de tus capacidades o de lo que puedes aportar a una causa, escuchalo, entiéndelo, pero no dejes que minimice tus ganas de querer hacer las cosas, alístate y sal al ruedo, demuéstrale de lo que eres capaz y entonces, ten por seguro, que las interrogantes van a desaparecer y el respaldo será inminente. Pasa en la vida y en beisbol, un buen ejemplo es lo que se está viviendo en la LVBP con Eugenio Suárez, quien reapareció en el circuito tras un año de ausencia.

El grandeliga de los Dbacks de Arizona tuvo un primer acercamiento a los melenudos en el Choque de Gigantes que se realizó a comienzos del mes de noviembre en Miami y en el que Caracas terminó tercero. Pero entonces no consiguió inatrapables y, aunque empujó una rayita, se ponchó en cuatro oportunidades. Por supuesto, las dudas no tardaron en aparecer e incluso hubo quienes dijeron que mejor se quedara en EEUU porque no estaba a tono.

Afortunadamente, Eugenio se hizo de oídos sordos o bueno no tanto. Se quedó en Miami por el resto del mes, trabajando en su acondicionamiento y cuando estuvo listo viajó a Venezuela para conquistar Caracas a fuerza de bambinazos. Debutó el primero de diciembre, en un duelo entre los eternos rivales, y descargó par de vuelacercas. Esto como una antesala de lo que haría un día después en el Festival del Jonrón Pepsi, en el que sacó 34 pelotas del parque.

De ahí en más, se ha volado la barda en cuatro de los nueve compromisos disputados y en dos de ellos lo hizo un par de veces, primero ante Bravos y luego ante Caribes. Todo esto para un total de ocho estacazos en 10 juegos, uno más del total conseguido en sus cuatro experiencias anteriores. Y claro ya nadie quiere que Eugenio se vaya, propios y extraños disfrutan de cada turno al bate y el clamor en el Monumental es ensordecedor: “no te vayas”, le piden los fanáticos.

Y, ¿como no?, si en medio de su estadía Leones ha ganado seis de sus últimos 10 compromisos y ha logrado alejarse de los puestos finales de la tabla, acercándose a los primeros cuatro, que son los que clasificarán directo al Round Robin. Por supuesto que nadie quiere que se vaya. Se lo hacen saber cada vez que se para en el plato. “Los escucho y es una lástima no poder complacerlos… Pero estoy muy contento y agradecido por el apoyo que he recibido. Soy privilegiado por escuchar esa petición”, dijo recientemente al circuito radial de los melenudos, claramente conmovido.

Si, parece que no hay vuelta atrás. Su último juego con Caracas está pautado para el martes, en el choque ante Tiburones en el Parque de la UCV. Y aunque muchos quisiéramos seguirlo viendo, creo que el trabajo está hecho. Eugenio reanimó a los capitalinos, les afiló las garras y los metió de lleno en una competencia, donde todo se definirá en los últimos días. Él ya cumplió, ahora le toca al resto.