“El dinero no es lo más importante (para firmar con un club), sino donde tenga el mejor chance de ganar una Serie Mundial”, acotó un orgulloso Anthony Santander por recibir el Premio Luis Aparicio 2024, debido a su gran temporada este año en las Grandes Ligas, acto realizado en la sede principal de Empresa Polar en Caracas.
Sobre los clubes que serían de su preferencia para firmar, atizó: “Los del Este de la Americana y los del Este de la Nacional… ¿Y los Dodgers?. Casi todos esos clubes tienen chance de ir a la Serie Mundial”.
Ante el cero interés que mostró Baltimore, su único equipo en la MLB desde que debutó en 2017, no se lo tomó a mal: “Esto es un negocio. Yo lo que me enfoqué fue en trabajar los siete años que estuve ahí y es lo único que puedo controlar, pero hasta ahora no me han hecho alguna oferta. Lo que sí es que estamos en conversaciones con varios equipos y aunque no sabemos cuándo será la firma, sólo es esperar”.
Sobre el número de años y la cantidad a cobrar, considera que incidirá la firma de Juan Soto (“yo le digo La Cabra”): “Es uno-dos hoy en día en Grandes Ligas. Tengo que darle las gracias a Dios que pude dar un poquito más de jonrones que él (44 a 41), pero él es una estrella. Hay que esperar que La Cabra firme (y por cuánto) y luego viene la firma de Santander”.
Admite que tiene como tarea pendiente mejorar su promedio (.235 este 2024 y .242 de por vida): “Tenemos que trabajar mucho esta área ofensiva. Este año los extrabases salieron pero trabajaremos más eso (bateo) para mejorar el promedio”.
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“Creo que en clase A Fuerte me paré zurdo contra zurdo y dije ‘qué va, aquí no hay chance’, por lo que seguí trabajando a ambas manos”, para poder ser el ambidiestro que es.
“Me gusta esa pregunta, porque sabes que cuando estaba en clase A Media siempre tenemos que buscar los mejores bateadores para nosotros mejorar. En mi caso, a la zurda me enfoqué en ver videos de Víctor Martínez. De hecho, bateaba similar a él. Y a la derecha el ´Papá de los helados’(Miguel Cabrera). Esos ritmos me llevaron a ser un bateador consistente y a llegar a Grandes Ligas. Allí fui buscando otro tipo de mecánica y esas cosas para mejorar”.
No podía dejar de señalar en presencia de sus padres Yoleida y Roger, que lo que es hoy, “es gracias a lo valores, las ganas de seguir trabajando duro, porque (cuando niño) me la podía pasar fácil dos horas bateando piedras para allá y piedra para acá (risas) y sigo trabajando fuerte cada día. Pero lo importante es ser exitoso y mantener esa humildad que llevas y que son inculcados por tus padres”.
Tirar la toalla. Reconoció que cuando estaba en las menores a comienzos de la década pasada, diversas lesiones estaban frenando su desarrollo como pelotero y pensó en rendirse.
“En mi caso tuve cuatro cirugías. Llegó un momento que en mi tercera les dije a mis padres ‘saben qué. No quiero jugar más al beisbol’. Estaba en clase A Media y sentía que no iba para ningún lado, pero mis padres gracias a Dios me dijeron ‘no se venga para acá. Siga echándoles bolas (risas)’. Fueron duros esos días”, recordó.
“Es una guerra mental, pero son altos y bajos que cada persona tiene en su vida, pero gracias a Dios y a mis padres aquí estamos todavía, porque los atletas nunca estamos al 100% para jugar. Tenemos que lidiar con lesiones, pero con disciplina,y consistencia, podemos superar esos obstáculos”, filosofó.
“Siempre debes tener un plan de trabajo ante los lanzadores”
“Hoy en día hay mucha información y soy un tipo de bateador que me gusta ver esa información”, señaló ya este margariteño sobre cómo es su día a día como bateador.
“Mi preparación comienza la noche anterior, cuando estudio al pitcher abridor y a los relevistas, cómo lanzan ellos. De esa manera, ya tengo una idea de cómo lanzan”, agregó rápido como su swing.
Pero recalcó que “ya cuando vas al plato, lo que debes es ir a competir con la información que ya tienes. Debes buscar tu pitcheo en una zona, si es recta, si es rompiente… pero siempre debe ser tu zona, ya sea la esquina de afuera, la de adentro o en el medio del plato”.
“Eso sí, debes ir a la práctica con tu plan de trabajo. Si es pescarle la perla (recta) en la esquina de afuera, no puedes ir a la práctica a pulear (jalar) todas las bolas. Tienes que mantenerte hacia el medio del campo o hacia el otro lado, porque esa preparación es la que vas a llevar al juego”, precisó.
Recalcó que “no es como se comienza, sino como se termina. Este año no empecé bien, pero el equipo y yo no nos desesperamos y pude remontar. Es ser consistente con tu rutina. Tuve una buena preparación (en primavera), me mantuve sin lesiones y los batazos comenzaron a salir y nos ganamos el Bate de Plata . Y comenzamos bateando .081 (risas)”.