Eduardo Saragó es uno de los entrenadores más capacitados del fútbol nacional. Desde que debutó en el banquillo del Zamora, su trayectoria ha estado marcada por el éxito. Revivió al hoy desaparecido Deportivo Italia con el que conquistó el torneo Apertura de 2008 y disputó su primer final absoluta; marcó época con Deportivo Lara al que condujo a la máxima cumbre del campeonato absoluto al barrer en los torneos Apertura y Clausura de la zafra 20112-2012; fue campeón de Copa Venezuela con el Caracas FC, y su más reciente obra de autor fue encumbrar de nuevo al Deportivo Táchira, al que devolvió su ADN de equipo dominador del juego a partir del control del balón, el manejo del espacio, sincronía y movilidad.
Aunque ya no esté dirigiendo, tras una salida inexplicable luego de aplastar 4-0 al Caracas en el clásico del fútbol nacional disputado en Pueblo Nuevo, el Táchira campeón de la pasada temporada y que el domingo disputará ante Carabobo el título del torneo Clausura es una hechura intelectual y futbolística del entrenador capitalino.


Nadie entiende por qué saliste del equipo, si los resultados te respaldaban y tenías buena relación con la directiva aurinegra.
-Todo es muy extraño, porque las cosas estaban saliendo perfectas en todo sentido. Pero ocurrieron cosas los últimos meses, semanas y días que no le habrán gustado al dueño del equipo, y nosotros respaldamos una situación, salimos al frente para hacernos cargos.
La situación que agrió la relación entre la directiva del club, encabezada por el empresario Jorge Silva y Saragó fue el tema del impago de los premios por participación del equipo en la Copa Libertadores de 2013 y 2014. Silva se comprometió a cancelar el dinero adeudado, pero luego incumplió todas las promesa hechas al cuerpo técnico y a la plantilla.
La manera de actuar de la directiva no fue la mejor, porque no supieron resolver un problema que ellos mismos habían generado. Le hice saber al dueño (Silva) que no nos sentíamos valorados de la forma que merecíamos por todo lo que le habíamos aportado al club.
¿Por qué la directiva saca el comunicado de tu supuesta renuncia?
Siento que el único error que cometieron fue decir algo que no hice. Fue apresurado y se lo hice saber al gerente. Evidentemente, no querían que uno siguiera, porque las formas para tratar esta situación hubieran sido otras. Soy una persona seria y un profesional de veinte años en primera división, si voy a renunciar entrego una carta irrevocable, no voy a mandar un WhatsApp. Tampoco soy nadie para jugar, y quiero repetir que estoy agradecido con Jorge Silva por confiar en mí y llevarme al Táchira, el club más importante del país.


En los futbolístico fue incontestable tu trabajo. ¿Qué hiciste para devolverle a Táchira el gen ganador?
Táchira es un lugar particular, porque tiene una cultura y unos valores desde el juego que se deben respetar. Lo que quisimos fue validarlo. Una de las razones para que Táchira juegue tan bien al fútbol es por la calidad de los jugadores. Quisimos que el equipo tuviera jugadores inteligentes para comprender el juego. En Táchira siempre hay que jugar bien, porque tiene la afición que más siente a su club. El equipo ganó en todos los estadios, nunca perdió un clásico y fuimos el equipo que más goles hizo y el que menos recibió. Llevamos jugadores como Maidana, Motes y Ramos y nos apoyamos en jugadores de ahí como Chacón, Maurice Cova o Pipo Vivas, jugadores que sienten mucho ser tachirenses.
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¿Cómo lograste el fútbol coral que practica Táchira?
Porque tenía movimientos preestablecidos desde una dinámica del movimiento y conceptos muy claros para hacer en las distintas circunstancias del partido. Cuando alguien sabe qué hacer y es propositivo el gol lo podía terminar cualquiera. Una de las virtudes como equipo es que llegaba mucha gente al arco rival y nosotros en la semana de trabajo y en la pretemporada trabajamos para todos, Hicimos muchos trabajos, por ejemplo, para que el gol lo convirtieran Teto Hernández, Gleiker o Cova, que lleva nueve.
¿Ese fútbol coral tuvo su mejor expresión en el golazo de Pipo Vivas ante Caracas?
A nosotros nos presionaban los volantes recuperadores. Así que le dijimos que si ocurría esa circunstancia, pasara a jugar de volante cinco, intercambiando posiciones. Pipo logra el pase con Roberto y se va confiado, porque Maurice Cova, que es muy inteligente, le va haciendo el relevo en el puesto. Pipo fue yendo con tranquilidad, consiguió el espacio y luego le queda el rebote y anota ese golazo para la historia.

