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El fútbol nacional pierde a un gran DT

En el fútbol venezolano nada sorprende. Todo puede ocurrir y las historias más rocambolescas estallan en cualquier momento, como la intempestiva salida de Eduardo Saragó del banquillo del Deportivo Táchira. Después de construir el equipo aurinegro más deslumbrante de este siglo XXI, y de acabar con la sequía de triunfos en Pueblo Nuevo ante Caracas, el entrenador capitalino arrió las banderas de su conquista y se desligó del cuadro tachirense, de acuerdo al comunicado oficial de la gerencia del club, pues hasta el momento Saragó no se ha pronunciado sobre el tema.

Las razones que habrían precipitado la renuncia del técnico caraqueño no se han hecho públicas, pero los medios que siguen el devenir del aurinegro en San Cristóbal apuntan hacia las desavenencias entre los jugadores y el presidente del club, Jorge Silva, por los premios correspondiente a la participación en la Copa Libertadores de 2024.

Cualquiera hayan sido las causas que lo obligaron a separarse del club, el gran perdedor es el fútbol tachirense. Porque desde la llegada de Saragó al cargo, Táchira dio un salto de calidad y recuperó su identidad de equipo grande. Es cierto que bajo la conducción de Carlos Maldonado, Jorge Luis Pinto, Daniel Farías y Juan Domingo Tolisano, el cuadro aurinegro estampó cuatro nuevas estrellas en su camiseta, pero ninguna de ellas se obtuvo con los valores tradicionales de toque, posesión y control del juego que exhibió el Táchira de Saragó.

Habría que remontarse a los tiempos de Carlos Horacio Moreno para encontrar a un cuadro aurinegro que llenara tanto los ojos de los aficionados. Saragó logró que Táchira recuperara su identidad perdida con un fútbol coral, totalizante, moderno, en los que todos los jugadores se sentían partícipes y estaban comprometidos con un estilo de juego en el que presionar al rival, hacer circular el balón con toques precisos y con intención, movilidad e intercambio permanente de posiciones hicieron del equipo del atigrado una máquina invencible en el Futve.

El triunfo sobre Caracas, en la que el defensa central “Pipo” Vivas terminó convirtiendo un tanto magistral, saliendo del fondo de la cancha driblando rivales a lo Franz Beckenbauer para liquidar el choque con un bombazo como Juan Arango, sintetizó ese fútbol total que Saragó instauró en Táchira con su gran sabiduría táctica. Es una lástima que un entrenador que intentó darle modernidad al fútbol venezolano, se vaya por el atraso ancestral de la dirigencia que no valora los logros deportivos y menos aún los avances tácticos que aportan los entrenadores distintos como Saragó.

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