Dada su importancia, hablar del Venezuela-Argentina no cansa, es verdad. No es poca cosa decir que la Vinotinto se juega muchas de sus opciones mundialistas ante una selección perteneciente al “top-set” del fútbol universal. Quizá no es “llover sobre mojado”, ciertamente, pero cómo se acerca… por eso es que ahora queremos comentar acerca de un hecho que para el fútbol venezolano tiene detalles que hablan de una florida historia que, tal vez las promociones recientes de aficionados y periodistas, no conocen sino por referencias leídas en “un folio inmemorial”, como en el canto de Silvio Rodríguez.
Estamos ahora recordando a aquel Portuguesa de los años 70, cinco veces campeón del país, y que ahora ha vuelto al escenario de sus grandes batallas en América del Sur…
Por eso decimos que esta rememoración es un alto en el camino, en el que refulge el partido de mañana en Maturín. Aquel equipo “penta”, como se le conoció en la atmosfera del fútbol nacional, y que se alimentó con los mejores jugadores del país, Luis Mendoza, Richard Páez, Carlos “Chiquichagua” Marín, Vicente Flores, amalgamados con un grupo de argentinos y paraguayos de tronío y que se dio “la patada”, como se dice en el fútbol (por no decir “el lujo”) de traer a Jairzinho, campeón mundial en México 1970, tuvo arrestos para clasificar a las semifinales de 1977 de la Copa Libertadores, un logro impensado para los equipos nacionales que hoy deambulan sin oriente por los torneos internacionales.
Por eso es de festejar el regreso del Portuguesa al estadio “José Antonio Páez”, sede de sus batallas más importantes y ahora remozado, en procura de revivir aquellas gestas de su hermoso pasado…
Y como no podemos, ni queremos, escapar a lo del día, al Venezuela-Argentina casi definitivo para las aspiraciones color Vinotinto, habría que mirar el futuro inmediato para escudriñar, en lo más objetivo posible, el porvenir del seleccionado venezolano. Pasado el partido de mañana, en Asunción lo espera Paraguay; luego vendrá Brasil para terminar el año con el viaje a Santiago de Chile.
Realmente, es un panorama muy duro, porque habrá un factor del que ahora poco se habla. Casi todas las selecciones de la región miran el Premundial no solo por sus aumentadas posibilidades numéricas, sino porque han cambiado el rumbo y las perspectiva de su fútbol con nuevos entrenadores. Mirando hacia la segunda ronda de partidos de la clasificación, han cargado sus fusiles con nuevas municiones, y Venezuela tendrá que afrontar la segunda vuelta suramericana teniendo en cuenta muy de cerca esta nueva visión.
Nos vemos por ahí.