Aunque Luis Arráez está explorando el mercado de agentes libres debido a que la organización de San Diego decidió no hacerle una oferta calificada, la gerencia del club considera que el eficiente toletero yaracuyano tiene buenas posibilidades de vestir el uniforme de los Padres por tercera campaña consecutiva en 2026.
“Definitivamente estamos interesados en Luis”, expresó el gerente general de San Diego, A.J. Preller el pasado fin de semana durante la reunión invernal de ejecutivos que se celebró en Las Vegas. “Estaremos platicando con el agente de Arráez, Dan Lozano, y veremos qué está pensando. Sé que a Luis le encanta San Diego. Será alguien que formará parte de nuestras conversaciones”.
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Desde el punto de vista general, Arráez no encaja en una ofensiva que necesita una gran mejora luego de terminar de 28° en el renglón de jonrones (152) esta campaña. Pero si el precio es correcto, Preller podría optar por retener a Arráez. El directivo ha dejado en claro que le gustaría contar otra vez con una ofensiva de contacto.
“Para nosotros, se tratará de encontrar un poco más de trueno”, explicó Preller, “y a la vez mantener ese plan en cuanto a poner la bola en juego se refiere”.
Expertos en materia de honorarios estiman que Arráez podría conseguir un acuerdo de tres temporadas valorado en al menos unos 12 millones de dólares anuales.
En una época en la que el promedio de bateo se valora en su nivel más bajo de la historia, Arráez, tres veces campeón de bateo, se encuentra en el mercado libre por primera vez.
Desafortunadamente, su rendimiento decayó en 2025, su peor campaña estadísticamente hablando.
Esto no significa que Arráez sea un mal jugador ni que no valga la pena pagarle. Más bien, ilustra lo enigmático que es como jugador y lo difícil que resulta cuantificar su valor. Es un caso único, el ídolo de todo fanático de la vieja escuela, pero la peor pesadilla quienes se orientan hacia la sabermetría, analiza Ethan Penrod, del portal digital justbaseball.com. El dilema de Arráez reside en las estadísticas contradictorias. Su habilidad para conectar la pelota es valiosa en el juego real; sin embargo, las estadísticas avanzadas no le favorecen.
